jueves, 17 de septiembre de 2009

Cantares 4:6-7

HASTA QUE VENGA EL DIA
El Rey usa una expresión que la Novia usó con anterioridad, pero le da vuelta:
(Cantares 4:6) Hasta que apunte el día y huyan las sombras… me iré al monte de la mirra, y al collado del incienso.
Antes ella había dicho:
(Cantares 2:17) Hasta que apunte el día, y huyan las sombras… vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo sobre los montes de Beter.

Ella tenía miedo de la oscuridad y de los momentos difíciles. Por eso, ella le pidió al Novio que se fuera hasta que todas las dificultades hubieran pasado.

Pero ahora Él le estaba diciendo que era precisamente allá a donde iba…al monte de la mirra y al collado del incienso. Él iba para allá, y quería que ella la siguiera.

El Camino de subida a la montaña del Señor no es fácil. Cuando uno sube una montaña. Gran parte de la travesía se hace en oscuridad, no sólo porque aún no hay salido la luz del día, sino que hay “valles de sombra de muerte” (es decir, barrancos donde no penetra la luz o bosques tupidos). Aun allí, el Señor promete estar con nosotros.
(Salmo 23:4) Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Aunque no haya luz afuera, en el mundo o en las montañas, hay una luz que siempre nos ilumina:

* La lámpara de la Palabra
(Proverbios 6:23) Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz,
Y camino de vida las reprensiones que te instruyen.

(Salmo 119:105) Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.

* La antorcha de la Profecía
(2 Pedro 1:19) Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.

Si Dios nos pide que caminemos y avancemos aun cuando no ha salido la luz del día, es porque Él nos proveerá de lámpara y antorcha. Aun no veremos el panorama completo, sino que iremos caminando paso a paso…pero iremos caminando firmes y seguros, a la luz del Señor en medio de la oscuridad. No sólo iremos avanzando sino subiendo hacia la Montaña de Dios.

Isaías profetiza que en medio de las tinieblas que cubrirán la Tierra en los últimos días, una luz saldrá de Jerusalén, es decir, la Novia glorificada (Apoc. 21).
(Isaías 60:1-5) Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos. Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti.

Isaías dice que la Novia será luz a las naciones. No sólo eso, sino que las naciones mamarán la leche de la Palabra de ella, tal como vimos con anterioridad.
(Isaías 60:15-16)
En vez de estar abandonada y aborrecida, tanto que nadie pasaba por ti, haré que seas una gloria eterna, el gozo de todos los siglos. Y mamarás la leche de las naciones, el pecho de los reyes mamarás; y conocerás que yo Jehová soy el Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

Esto es lo que nos espera si subimos el Monte de Mirra y la Colina de Incienso con el Señor. Pero debemos caminar y subir…

MONTE DE MIRRA
El Señor nos dice que Él va a estar en el Monte de Mirra, hasta que venga la luz del día (su Segunda Venida). Mientras tanto, Él quiere que subamos con Él.

La pregunta es si la Novia dejará ahora su lecho de flores, y subirá con el Amado.
¿Saldré yo de mi “zona de comfort” hacia donde el Señor quiere que avance, o que me quedaré donde estoy—pero sin Él, sin Su Presencia?

Ciertamente a nadie le gusta sufrir, y el apóstol Pedro no era la excepción. Igual que la Novia de Cantares, Pedro quería evitar las sombras y la oscuridad.
(Mateo 16:21-22) Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.

Su intención era buena, pero no era el camino que debía tomar. Pedro quería quedarse en el “lecho de flores” con el Señor, pero Él debía subir la Montaña de Mirra. Por esa razón, Jesús le respondió lo siguiente:
(Mateo 16:23-26) Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Si queremos seguir a Jesús, debemos aprender a tomar nuestra propia cruz, negarnos a nosotros mismos y seguirle—a donde quiera que Él quiera llevarnos. Ya no se trata de hacer nuestra voluntad y esperar que Dios nos bendiga. Se trata de hacer la voluntad de Dios.

El Señor quiere que subamos la Montaña de Mirra. Como ya vimos, la mirra está relacionada con la muerte de Jesús en la cruz. En cuanto a nosotros, debemos llevar cada uno nuestra propia cruz, es decir, morir a nosotros mismos para vivir para el Señor, haciendo lo que Él quiere de nosotros. Implica soltar nuestros planes, sueños e ideales, para abrazar el plan que Dios tiene para nosotros—sea lo que sea. Es morir a uno mismo, pero morir al Señor es la única forma en que viviremos en realidad.

Dios no quiere que suframos sólo porque sí…pero hay padecimientos que son necesarios para madurar.

La Colina del Incienso representa una vida de oración y de santidad (Apoc. 5:8). El incienso se quemaba en el Altar de Oro que estaba en el Lugar Santo del Tabernáculo.
No es tan difícil subir la colina como la montaña, pero requiere de esfuerzo y disciplina.

SIN MANCHA
En el siguiente versículo de Cantares el Rey dice algo que nos asombra:
(Cantares 4:7) Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha.

¿En verdad no hay mancha en la Novia?
La Novia está pura, limpia y sin mancha no por lo que ella ha hecho, sino por la obra del Señor en la cruz.
(Colosenses 1:21-22) …ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él.
(Efesios 5:25-27) …Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

El sacrificio del Señor en la cruz es la montaña que Él tuvo que subir para que nosotros pudiéramos vernos bellos a sus ojos, y sin mancha ni arruga.
El Señor no sólo nos limpió, sino que nos guardará de las caídas sin caminamos con Él.
(Judas 1:24-25) Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.


ORACIÓN>>
Señor, Tu sacrificio por mí ha sido grande. Fuiste a la cruz por mí para limpiarme de toda maldad. Te entregaste a Ti mismo para santificarme. Mis pecados eran rojos como la grana, pero Tú los lavaste con Tu sangre, y ahora son blancos como la nieve y como blanca lana. Te doy gracias por tu inmenso sacrificio, por haber subido la montaña de mirra por mí.

Ahora Tú me llamas a que suba Contigo. Aunque tengo miedo de lo desconocido y de la oscuridad, te manifiesto mi voluntad de ir Contigo. Señor, tomaré mi cruz y te seguiré. Prefiero correr el riesgo Contigo, que estar sin Ti.

Señor, guíame en el camino. Alúmbrame cada paso que dé con tu Palabra escrita y profética.

Quiero ser transformada en una Novia gloriosa, que no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que sea santa y sin mancha. Todo sea para Tu gloria y honra. Amén.

[Cantares 4:6-7; Efesios 5:25-27; Isaías 1:18-19]

5 comentarios:

  1. El SEÑOR bendiga su Palabra y cada dia nos siga guiando por El Camino hacia la montaña de mirra y tambien a la colina de incienso ... Y tambien a ustedes por dedicarse a trabajar en El escudriñamiento de la Palabra de Dios

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  2. un millon de gracia,Dios aumente la riqueza espiritual para que los santos en Cristo crescamo en el conocimiento de sa palabra

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  3. Que bendición...Muchas gracias por la explicación..me ha sido de gran edificación.

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  4. Muy buena explicación bendiciones

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