domingo, 13 de septiembre de 2009

Cantares 4

Luego que el Rey se presenta a la Novia como ella nunca lo había visto antes, el siguiente paso es mostrarle como Él la ve a ella. Esta nueva revelación la cambiará al punto que ella ya nunca será la misma…

VISIÓN DE LA NOVIA
En el capítulo cuatro de Cantares, el Rey describe a la Novia de una forma que, a simple vista, parece extraña (Can. 4:1-5). La describe con ojos de paloma, cabello de cabra, dientes como ovejas trasquiladas, labios como hilo escarlata, mejillas como granadas, cuello como una torre con escudos, pechos como crías de gacela…

En un sentido literal, no parece un cumplido. Pero al verlo con ojos espirituales, la descripción de su belleza es magnífica.

Tal como dice el Rey mismo:
(Cantares 4:7) Toda tú eres hermosa, amada mía, y no hay defecto en ti.

A los humanos nos cuesta mucho entender éste versículo. ¿Cómo puede el Señor vernos sin defectos, cuando nosotros sabemos que tenemos miles?

Antes de entrar a descifrar cada una de las descripciones de la Novia, según la perspectiva del Rey, hablaremos de por qué Dios nos ve como lo hace…

PERSPECTIVA DIVINA
El Señor nos llama “hermosos”, no porque ya hayamos alcanzado la perfección, sino aún cuando estamos en el proceso de mejorar.

Lo que el Señor dice no es una fantasía provocada por una ilusión falsa. Tampoco es hipocresía, ni una mentira engañosa. El mira más allá de lo que ven los ojos naturales; Él ve con ojos espirituales. Lo que el Señor ve en Su Novia es su esencia espiritual. Los humanos juzgamos por las apariencias, pero el Señor juzga por la esencia.

La confesión del Señor al llamar “hermosa” a Su Novia no es una ilusión sino es la afirmación de la realidad espiritual. Él sabe lo que ella es porque Él la creó. No sólo eso, sino sabe lo que volverá a ser. Aunque se haya desvirtuado por el pecado, Dios sabe que la puede restaurar a su forma original.
(Isaías 44:7) ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir.

Al confesar la hermosura de Su Novia, el Señor está trayendo el Cielo a la Tierra.
(Mateo 6:10) Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.

¿Podemos creerlo nosotros?
Tenemos dos opciones: creer la acusación y condenación del adversario, quien es el padre de mentiras. O decidimos creer la verdad que proviene de nuestro Amado Dios, quien no sólo conoce nuestra esencia porque nos creó, sino que además envió a Su Hijo para pagar el precio de nuestra redención.

La pregunta no es: ¿cuál es la verdad?, sino: ¿a quién le vas a creer?

NOMBRE PROFÉTICO
En la Biblia encontramos varios ejemplos de personas que fueron transformadas por la palabra profética de Dios. Les llamó lo que sería aun antes que lo fueran.

a. Abraham
Abraham significa “padre de muchas naciones”. Dios le puso ese nombre cuando ya era viejo, y aún no había tenido al hijo de la promesa.
(Gen. 17:4-6) He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. (5) Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.

Las limitaciones humanas no eran obstáculo para Dios. A los 100 años, el Señor le dio a su hijo Isaac, de quien salió su descendencia y el pueblo de Israel, a quien le fue entregada la Tierra Prometida.

b. Gedeón
En el tiempo de los jueces, los enemigos estaban atacando al pueblo de Israel. La situación era tan difícil, que Gedeón estaba trabajando escondido para no ser descubierto por los enemigos. En ese momento de debilidad, se le apareció el Angel del Señor, y le dijo que era ¡valiente!
(Jueces 6:12) Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.

No sabemos si él estaba más maravillado porque se le apareció un ángel, o porque le había llamado valiente.

Al principio, él tuvo dudas. Le gustaba lo que le decía el Señor, pero se sentía cobarde.
(Jueces 6:14-16) Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.

El tuvo la opción delante de él: le creería a Dios, o se dejaría llevar por las circunstancias. ¿Vivirá por fe, o vivirá por vista?

Gedeón decidió creerle a Dios, y comenzó a dar pasos de fe. Al final, se convirtió en el juez libertador de su generación (Jue. 8:22-23).

c. Pedro
Desde la primera vez que lo conoció, Jesús le cambió el nombre a Pedro, quien antes se llamaba Simón.
(Juan 1:42) Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).

Simón viene de la raíz hebrea “Shama”, que quiere decir: oír.
Pedro se dejaba llevar por lo que oía de las demás personas. Pero el Señor le profetizó cambiándole de nombre a Cefas (del hebreo Cef, que significa roca), o Pedro (de Petra, piedra en latín).

¿Cómo lo veía el Señor? Lo veía como un hombre firme, que no se deja llevar por la opinión de los demás, sino que está afirmado en la Roca, que es Jesucristo.

En lossiguientes años, Pedro mostró su debilidad en varias ocasiones, y aún llegó a negar al Señor antes de su muerte por miedo al qué dirán. En esos momentos, Pedro se condenaba por fallarle al Señor, pero Jesús le siguió afirmando su verdadera identidad.

Pero después vemos el cambio en Pedro, quién se transformó en la persona que debía ser, para cumplir el propósito para el cual había sido creado.

Dios no busca a hombres o mujeres que ya sean perfectos, sino a personas que estén dispuestas a ser transformados por Su poder. No se trata de lo que nosotros podamos hacer, sino de lo que Dios pueda hacer a través de nosotros.
(1 Corintios 1:26-31) Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.

Al final, nuestra transformación no será para nuestra jactancia, sino para la gloria de Dios.

ORACIÓN>>
Señor, he recibido Tú Amor y Tu aprecio, y humanamente no entiendo por qué, ya que no me siento digno. Pero Tú ves algo en mí que yo no veo.

Me llamas “apreciado”, me llamas “hermosa”, pero me cuesta verme así. Por eso, hoy te pido que me des revelación de cómo Tú me ves. Ya no quiero oír las mentiras del enemigo que me acusan y me condenan, sino que quiero aceptar la verdad espiritual de lo que Tú ves en mí.

Tú me creaste y me hiciste perfecto. Tú formaste mis entrañas, y me hiciste en el vientre de mi madre. Maravillosa es tu obra. En tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, y las que serán, sin faltar una de ellas. Dame Tu revelación, porque quiero saber quién soy, y vivir según mi propósito.

Hoy digo: 'Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Que Tu voluntad sea hecha en mi vida. Amén.

[Cantares 4:7; Salmo 139:13-16; Mateo 6:10]

2 comentarios:

  1. Gracias, me encanta... es hermosa toda su explicación de este libro de cantares

    ResponderEliminar
  2. Se a dedicado a explicar la hermosura pero no a describirla espiritualmente

    ResponderEliminar

Son bienvenidos las dudas y comentarios (con el entendido que se hagan con respeto)...