viernes, 12 de septiembre de 2025

NUMEROS 9:1-14. Segunda Pascua


El capítulo nueve de Números comienza con la mención de una SEGUNDA PASCUA, lo cual es casi un juego de palabras porque esta frase debe entenderse de dos formas: 


  1. PASCUA EN EL DESIERTO. La celebración de la segunda pascua luego de haber salido de Egipto;
  1. PASCUA SEGUNDA (heb. Pesaj Sheni). Una segunda oportunidad que Dios extiende para que aquellos que se perdieron de la celebración de la Pascua en la fecha determinada.


Leamos ahora la explicación sobre la “segunda Pascua”, en sus dos acepciones:


1. PASCUA EN EL DESIERTO

Ya había pasado casi un año desde que los israelitas habían salido de Egipto. Tardaron cincuenta día en cruzar el desierto hasta llegar al pie del Monte Sinaí, y allí habían permanecido por casi un año. 


Por si alguien había perdido noción del tiempo, Dios les recuerda que están a punto de cumplir el año de haber sido liberados, y les toca celebrar la segunda Pascua, en conmemoración del día en que fueron redimidos de la esclavitud en Egipto.

(Números 9:1-2) Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, en el mes primero, diciendo: Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo.


La Pascua no la debían celebrar cualquier día, sino en la fecha que Dios señaló: el 14 de Nisán (mes primero). 

(Números 9:3) El decimocuarto día de este mes, entre las dos tardes, la celebraréis a su tiempo; conforme a todos sus ritos y conforme a todas sus leyes la celebraréis.


Las instrucciones para la celebración de la Pascua están en Éxodo 12. 

Los israelitas estaban muy familiarizados con ello, ya que un año atrás lo celebraron, en ese último día que pasaron en Egipto. En ese noche, los primogénitos de todo Egipto murieron, pero los primogénitos de Israel sobrevivieron, estando bajo la protección de la sangre del Cordero. En la mañana siguiente, los israelitas salieron de Egipto, siendo así liberados de la esclavitud para siempre. Esto es lo que se recuerda con la celebración de la Pascua. 


En Números 9, Dios invita al Pueblo de Israel a celebrarlo por primera vez, ya en libertad. Dios le habló a Moisés directamente, y luego él se los transmitió a todo el pueblo, para que se prepararan, y celebraran tal como Dios instruyó. 

(Números 9:4-5) Y habló Moisés a los hijos de Israel para que celebrasen la pascua. Celebraron la pascua en el mes primero, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, en el desierto de Sinaí; conforme a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés, así hicieron los hijos de Israel.


UNOS NO PUDIERON CELEBRAR

Esta segunda Pascua fue una gran celebración para todos los israelitas. Todavía tenían el recuerdo de su esclavitud, pero ahora la celebraban en libertad (aunque aún no hubieran llegado a la Tierra Prometida). 


Lamentablemente, algunas personas no pudieron celebrarla, y se explica por qué: 

(Números 9:6) Pero hubo algunos que estaban inmundos a causa de muerto, y no pudieron celebrar la pascua aquel día; y vinieron delante de Moisés y delante de Aarón aquel día. 


Unos capítulos atrás (Num. 5:1-4; Num. 19:11-16), leímos que Dios instruyó que las personas que se contaminaran con muerto, debían salir del campamento por un período de siete días. Y cuando llegó la fecha de celebrar la Pascua, unas personas se encontraban fuera del campamento, y lamentaron no haber participado de la fiesta. Por eso razón, decidieron apelar a Moisés, para ver si de alguna forma podrían participar. 

(Números 9:7) y le dijeron aquellos hombres: Nosotros estamos inmundos por causa de muerto; ¿por qué seremos impedidos de ofrecer ofrenda a Jehová a su tiempo entre los hijos de Israel?


La petición era razonable. Ellos no podrían celebrar la pascua en la fecha establecida porque estarían en su período de aislamiento. Tal vez algún pariente cercano había muerto, y habían tenido tocarlo para enterrarlo. Pero eso les obligaba a salir del campamento por siete días. Por eso fueron a hablar con Moisés, para ver si se podría hacer una excepción, para no perderse de la celebración.


Moisés apreció la buena intención de los aislados, pero no podía aconsejar en contra de la Ley; por lo tanto, y fue a hablar con Dios para ver qué podría resolver Él. 

(Números 9:8) Y Moisés les respondió: Esperad, y oiré lo que ordena Jehová acerca de vosotros.


Dios oyó su petición, y extendió otra oportunidad—pero no sólo a ellos sino  también a las generaciones venideras, porque de esto surgió la posibilidad de una SEGUNDA PASCUA. Y esto nos lleva al siguiente punto…


2. LA SEGUNDA PASCUA (heb. Pesaj Sheni)

Dios contempló la posibilidad de celebrar la Pascua en otra fecha. Si ciertas personas se ven imposibilidades de guardar la Pascua en la fecha determinada (14 Nisán), se les dará la oportunidad de hacerlo en una segunda fecha, un mes después: el 14 Iyar. Esta segunda oportunidad se conoce en hebreo como: “Pesaj Sheni”, literalmente, Segunda Pascua


(Números 9:9-10) Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera de vosotros o de vuestros descendientes, que estuviere inmundo por causa de muerto o estuviere de viaje lejos, celebrará la pascua a Jehová.


Nótese que no es por “cualquier causa”, sino por estas dos razones: 

  • Si la persona está aislada en esos días por causa de muerto;
  • Si la persona estuviere de viaje, y no pudiere regresar a tiempo para celebrar la Pascua. 


Dios extendió una segunda oportunidad para quien no pudo celebrar la Pascua en su fecha establecida. Y la fecha alternativa que Dios escogió fue un mes después: el día 14 del mes 2 (Iyar). 

(Números 9:11-12) En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, la celebrarán; con panes sin levadura y hierbas amargas la comerán. No dejarán del animal sacrificado para la mañana, ni quebrarán hueso de él; conforme a todos los ritos de la pascua la celebrarán.


NO HAY OTRA EXCUSA

Sólo debemos aclarar algo: Esta excepción no debe ser usada para cubrir alguna negligencia o descuido, sino para cubrir una necesidad. Si alguien se quiere pasar de listo y burlarse de la bondad de Dios, tendrá que enfrentar las consecuencias, porque nadie se puede burlar de Dios. 

(Números 9:13) Mas el que estuviere limpio, y no estuviere de viaje, si dejare de celebrar la pascua, la tal persona será cortada de entre su pueblo; por cuanto no ofreció a su tiempo la ofrenda de Jehová, el tal hombre llevará su pecado.


IGUAL PARA EXTRANJEROS COMO NATURALES

La invitación a celebrar la Pascua no es sólo para los israelitas de sangre, sino para todo el extranjero que se haya unido al pueblo de Dios. 

(Números 9:14) Y si morare con vosotros extranjero, y celebrare la pascua a Jehová, conforme al rito de la pascua y conforme a sus leyes la celebrará; un mismo rito tendréis, tanto el extranjero como el natural de la tierra.


Lo que se celebra en la pascua no es sólo que los israelitas salieron de la esclavitud en Egipto, ya que también es sombra de aquella Pascua en la que Jesús murió en la cruzo como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. La Pascua es la oportunidad para recordar nuestra salvación, y darle gracias a Dios por ese regalo de vida eterna. 


Para más información sobre el significado de la FIESTA DE LA PASCUA, pueden leer varios estudios que tengo disponibles en el blog Cita Divina: La Esencia de la Pascua .



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Más estudios de este libro: NUMEROS 


 

viernes, 5 de septiembre de 2025

NUMEROS 8:5-26. Consagración de los levitas


En capítulos anteriores (Números 3 & 4), leímos sobre la elección que Dios hizo de la tribu de Levi para estar completamente dedicada a Él y al servicio del Tabernáculo. De nuevo, en el capítulo ocho, se vuelve a resaltar la importancia de esta tribu. Los levitas ya habían sido apartados y contados, pero antes de comenzar la marcha hacia la Tierra Prometida, todavía debían realizar la ceremonia de consagración, y esto es lo que se describe en la segunda parte del capítulo ocho… 


TRIBU COMO OFRENDA

En el capítulo siete leímos sobre las ofrendas para la inauguración del Tabernáculo que presentaron todas las Tribus de Israel, excepto una: la Tribu de Leví. Eso no fue discriminación, sino que obedecía al rol especial que los levitas jugarían. 


Dios mismo señala que la tribu de Levi sería la ofrenda misma.

(Números 8:13-14) Y presentarás a los levitas delante de Aarón, y delante de sus hijos, y los ofrecerás en ofrenda a Jehová. Así apartarás a los levitas de entre los hijos de Israel, y serán míos los levitas. Después de eso vendrán los levitas a ministrar en el tabernáculo de reunión; serán purificados, y los ofrecerás en ofrenda.


Esto no quiere decir que iban a morir en sacrificio, sino que serían “sacrificio vivo” (Rom. 12:1), dedicando sus vidas al servicio de Dios. Esto no sólo implicaba realizar las tareas del Tabernáculo, sino también mantener una vida de santidad para poder acercase a Dios en representación de todo el pueblo.


Servir a Dios es un gran privilegio, pero también conlleva una gran responsabilidad. Ellos debían mantener un nivel superior de santidad porque ellos entraban al Tabernáculo, donde se manifestaba la Presencia de Dios—y todas estas leyes de santidad las estudiamos en Levítico. Pero si los levitas no hacen las cosas como Dios manda, corren el riesgo de morir, tal como le sucedió a los hijos de Aarón en la inauguración del Tabernáculo (Levítico 10:1-7). 


En cierta forma, los levitas se convirtieron en una especie de intermediarios entre Dios y el pueblo, sobre todo Aarón (el sumo sacerdote) y su linaje, quienes eran los sacerdotes que entraban al Lugar Santo. Y el resto de los levitas servían como asistentes de los sacerdotes. 

(Números 8:19) Y yo he dado en don los levitas a Aarón y a sus hijos de entre los hijos de Israel, para que ejerzan el ministerio de los hijos de Israel en el tabernáculo de reunión, y reconcilien a los hijos de Israel; para que no haya plaga en los hijos de Israel, al acercarse los hijos de Israel al santuario.


EN LUGAR DE LOS PRIMOGÉNITOS

Parte central de la ceremonia de consagración era confirmar que los levitas iban a tomar el lugar de los primogénitos. Esto ya lo habíamos comentado en el capítulo 3 (Ver: NUMEROS 3c (3:11-16;39-51) Los Levitas y la Redención de los Primogénitos ), pero con esta ceremonia se hizo efectivo. 


Era importante hacer esta transferencia de primogénito a levita de forma pública, para que todo el pueblo estuviera consciente de ello y presentes en la ceremonia. Dios pidió que los representantes de las tribus impusieran manos sobre los levitas para hacer esa transferencia espiritual. 

(Números 8:9-11) Y harás que los levitas se acerquen delante del tabernáculo de reunión, y reunirás a toda la congregación de los hijos de Israel. Y cuando hayas acercado a los levitas delante de Jehová, pondrán los hijos de Israel sus manos sobre los levitas; y ofrecerá Aarón los levitas delante de Jehová en ofrenda de los hijos de Israel, y servirán en el ministerio de Jehová.


En este momento, el Señor les recuerda que todo primogénito era de Él, luego de haberlos salvado de la muerte en Egipto (Éxodo 13:1-2, 12-16). Pero ahora el privilegio de servir a Dios en el Tabernáculo caería sobre los levitas.

(Números 8:16-18) Porque enteramente me son dedicados a mí los levitas de entre los hijos de Israel, en lugar de todo primer nacido; los he tomado para mí en lugar de los primogénitos de todos los hijos de Israel. Porque mío es todo primogénito de entre los hijos de Israel, así de hombres como de animales; desde el día que yo herí a todo primogénito en la tierra de Egipto, los santifiqué para mí. Y he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel.


Y para que no se olvidaran de esto, la Biblia instruye que, de generación en generación, los primogénitos tendrán que ser redimidos pagando un rescate (Exodo 13:12-16).

(Éxodo 13:12-13) dedicarás a Jehová todo aquel que abriere matriz…También redimirás al primogénito de tus hijos. 


DEDICACIÓN Y PURIFICACIÓN

Además de la imposición de manos sobre los levitas, esta ceremonia también incluía sacrificios y lavamientos: 


a. SACRIFICIOS DE EXPIACIÓN

El sacrificio de expiación es para perdón de pecados. Los levitas debían comenzar en limpio su nueva responsabilidad.

(Números 8:5-6) También Jehová habló a Moisés, diciendo: Toma a los levitas de entre los hijos de Israel, y haz expiación por ellos.


(Números 8:8) Luego tomarán un novillo, con su ofrenda de flor de harina amasada con aceite; y tomarás otro novillo para expiación.


(Números 8:12) Y los levitas pondrán sus manos sobre las cabezas de los novillos; y ofrecerás el uno por expiación, y el otro en holocausto a Jehová, para hacer expiación por los levitas.


b. LAVAMIENTO o RITUAL DE PURIFICACIÓN

El ritual de purificación incluía: 

* Ser rociados con el agua de la expiación;

* Lavar sus vestimentas; 

* Rasurar todo su cuerpo.


(Números 8:7) Así harás para expiación por ellos: Rocía sobre ellos el agua de la expiación, y haz pasar la navaja sobre todo su cuerpo, y lavarán sus vestidos, y serán purificados.


Algo curioso es que este ritual de purificación es similar al que debe hacer un leproso cuando ya se sanó, y quiere reincorporarse a la comunidad (Levítico 14:8-9). 


En la Biblia hay muchas cosas que no entendemos a cabalidad, pero Dios tiene su razón y propósito para cada cosa que Él ordena.


HICIERON COMO DIOS MANDÓ

Aunque no entendamos todo, lo que nos toca es obedecer a Dios…y eso fue lo que hizo Moisés, Aarón y todo Israel. 

(Números 8:20-22) Y Moisés y Aarón y toda la congregación de los hijos de Israel hicieron con los levitas conforme a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés acerca de los levitas; así hicieron con ellos los hijos de Israel. Y los levitas se purificaron, y lavaron sus vestidos; y Aarón los ofreció en ofrenda delante de Jehová, e hizo Aarón expiación por ellos para purificarlos. Así vinieron después los levitas para ejercer su ministerio en el tabernáculo de reunión delante de Aarón y delante de sus hijos; de la manera que mandó Jehová a Moisés acerca de los levitas, así hicieron con ellos.


TIEMPO DE SERVICIO EN EL TABERNÁCULO

El capítulo ocho termina explicando sobre el tiempo de servicio que deben prestar los levitas:


Dios determinó un margen de edad para aquellos levitas que sirvieran en el Tabernáculo (y posteriormente en el Templo); es decir, debían tener entre 25 a 50 años.

(Números 8:23-25) Luego habló Jehová a Moisés, diciendo: Los levitas de veinticinco años arriba entrarán a ejercer su ministerio en el servicio del tabernáculo de reunión. Pero desde los cincuenta años cesarán de ejercer su ministerio, y nunca más lo ejercerán.


En el caso del Tabernáculo, Dios determinó este límite de edad porque el trabajo allí muchas veces podía ser pesado, y se necesitaba de toda su vitalidad para ayudar a los sacerdotes con los animales de sacrificio, el cargamento y la limpieza de todo.


A partir de los 50 años, los levitas ya no debían hacer ese trabajo pesado. Sin embargo, eso no quería decir que se irían de retiro, sino que su trabajo sería menos cargoso físicamente. Aquí habla de que los mayores de 50 años se dedicarían a la guardia. 

(Números 8:26) Servirán con sus hermanos en el tabernáculo de reunión, para hacer la guardia, pero no servirán en el ministerio. Así harás con los levitas en cuanto a su ministerio.


En tiempos modernos tal vez lo llamaríamos “jubilación”, pero no es exactamente eso. En realidad la Biblia no habla de retiro del trabajo, porque el hombre siempre puede ser útil y colaborar con la comunidad de alguna forma. Tal vez en la vejez un hombre no puede realizar trabajos pesados, pero sí pueden cambiar de actividad de acuerdo a su edad. Pueden servir de muchas otras formas, tal como: servir de guardias, enseñar, servir como jueces, o aconsejar a los jóvenes a quienes les falta conocimiento y experiencia.


Dios fue tan sabio al escoger a la tribu de Levi, pues así ellos pudieron bendecir a todas las tribus con la porción espiritual que todos necesitaban. 


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Más estudios de este libro: NUMEROS 


viernes, 29 de agosto de 2025

NUMEROS 8:1-4. Luz de la Menorá

 

El capítulo ocho continúa hablando de temas relacionados con los levitas y el Tabernáculo. Los dos temas principales son: 

  1. El Candelabro (heb. Menorá)
  2. La Consagración de los Levitas

En este episodio hablaremos sobre el candelabro especial ubicado en el Lugar Santo, conocido en hebreo como: Menorá.


MENORÁ

Comencemos recordando qué es la Menorá: éste es el candelabro especial de siete brazos que estaba ubicado en el Lugar Santo del Tabernáculo. La primera mención la encontramos en Éxodo 25 (Exo. 25:31-40), en el contexto de la construcción del Tabernáculo. 

(Éxodo 25:31-32) Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo. Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos al otro lado. 


La Menorá era una las piezas especiales que debían colocarse en el Lugar Santo, junto a la Mesa de los Panes y el Altar del Incienso. 


ENCENDIDO DE LA MENORÁ

Al principio del capítulo 8, encontramos una instrucción especial que Dios dio acerca del encendido de la Menorá.

(Números 8:1-2) Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y dile: Cuando enciendas las lámparas, las siete lámparas alumbrarán hacia adelante del candelero. 


La Menorá es una lámpara cuya luz se alimenta de aceite, no de cera ni candelas. Este candelero estaba formado de 7 brazos: uno central, y tres de cada lado. En la parte superior de cada brazo se encontraba una pequeña lámpara, en cuyo recipiente se colocaba el aceite.


La instrucción específica es que el sacerdote coloque el candelero y lo encienda de tal forma que la luz se refleje hacia afuera (no hacia adentro, donde está el Arca).

(Números 8:3) Y Aarón lo hizo así; encendió hacia la parte anterior del candelero sus lámparas, como Jehová lo mandó a Moisés.


Tal vez los sacerdotes pudieron tener la intención de colocar el candelabro iluminando hacia el  Arca del Pacto y el Lugar Santísimo, por ser ello lo más importante dentro del Santuario; sin embargo, el Lugar Santísimo no necesitaba luz, porque la Presencia de Dios la iluminaba. Por esta razón, el candelabro debía iluminar hacia afuera, hacia la puerta, para alumbrar el camino.


DE ORO MARTILLADO

Luego explica otros detalles de la hechura del candelero, el material, y la forma es que fue formado:

(Números 8:4) Y esta era la hechura del candelero, de oro labrado a martillo; desde su pie hasta sus flores era labrado a martillo; conforme al modelo que Jehová mostró a Moisés, así hizo el candelero.


La forma del candelero no se hará con un molde, sino que debía ser labrado con martillo. 


INSTRUCCIONES REPETIDAS

Al leer estas instrucciones, y las comparamos con las originales, nos podremos dar cuenta que ya habían sido dadas en Éxodo. 

(Éxodo 25:37) Entonces harás sus siete lámparas; sus lámparas serán levantadas de modo que alumbren el espacio frente al candelabro.


(Éxodo 37:17,22) Hizo asimismo el candelero de oro puro, labrado a martillo; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores eran de lo mismo. …todo era una pieza labrada a martillo, de oro puro.


Si estas instrucciones ya habían sido dadas en Éxodo, ¿por qué era necesario repetirlas en este momento histórico, en Números? ¿Por qué se mencionó el candelero, pero no la Mesa de los Panes ni el Altar del Incienso?


Para entender esto, debemos recordar que en ese momento específico, el pueblo de Israel se estaba preparando para seguir su camino hacia la Tierra Prometida. Ellos estaban a punto de empacar sus cosas y comenzar su marcha hacia su destino final. Por eso, la mención de la Menorá era importante en ese momento, por lo que representa…


MENSAJE DE LA MENORA

Dios escogió a los israelitas para ser su pueblo especial entre todas las naciones. Esta elección no es sólo para darles privilegios, sino para servir de ejemplo a las naciones. En otras palabras, ellos fueron llamados a ser “luz a las naciones”. 


La parada al pie del Monte Sinaí fue muy importante, porque allí el pueblo de Dios recibió la Torá, las instrucciones de vida, para que la pusieran en práctica en la Tierra Prometida. Dios les dio los mandamientos para que les fuera bien, y también para servir como ejemplo de conducta a las demás naciones. Esto fue lo que enseñó Moisés: 

(Deuteronomio 4:5-8) Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta. Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?


Así como la Menorá es la fuente de luz en el Santuario, el llamado de Israel era servir como luz a las naciones, para atraerlos a Dios. 


LLAMADO A SER LUZ

El profeta Isaías habla de este llamado a ser luz, refiriéndose al “Siervo de Dios”, que sabemos que es el Mesías (Isa. 49:6). 

(Isaías 42:6-7)  Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.


Juan el Bautista lo confirmó:

(Juan 1:6-9) Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.  Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.  No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.  Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.


Sabemos que Jesús es la luz del mundo, pero Él mismo confirmó que también el Pueblo de Dios está llamado a ser luz del mundo.

(Juan 8:12) Otra vez Jesús les habló, diciendo:  Yo soy la Luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.  


(Mateo 5:14-16) Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.  Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbre a todos los que están en casa.  Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. 


Al final de esta cita en Mateo (Mat. 5:16), Jesús explica CÓMO podemos ser luz: “con buenas obras”. Esto no sólo se refiere a actos de caridad, sino a vivir cómo Dios manda, guardando sus mandamientos. Esto lo Jesús afirma en los siguientes versículos: 

(Juan 12:46) Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.  


(Juan 15:8-10) En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. 


En el próximo episodio, estudiaremos la segunda parte del capítulo ocho, que habla sobre la consagración de los levitas…


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Más estudios de este libro: NUMEROS