(Números 9:15-16) El día que el tabernáculo fue erigido, la nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del testimonio; y a la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana. Así era continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de fuego.
- Durante el día: la nube era una sombra que los protegía del sol abrasador del desierto;
 - Durante la noche: la nube brillaba, como si fuera de fuego, la cual les brindaba luz en la oscuridad, y también calor, porque en el desierto las noches pueden ser muy frías.
 
(Exodo 13:21-22) Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.
BAJO LA DIRECCIÓN DE LA NUBE
La nube servía como protección para los israelitas, y también para darles dirección.
(Deuteronomio 1:33) …iba delante de vosotros en el camino para buscaros lugar dónde acampar, con fuego de noche y nube de día, para mostraros el camino por donde debíais andar.
En ese tiempo no existían los mapas, ni el GPS, ni Waze. La forma en que la mayoría se guiaban eran por las estrellas; sin embargo, Israel no necesitaba buscar las estrellas porque la nube les indicaba a donde ir, y cuando moverse.
(Números 9:17-20) Cuando se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel partían; y en el lugar donde la nube paraba, allí acampaban los hijos de Israel. Al mandato de Jehová los hijos de Israel partían, y al mandato de Jehová acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el tabernáculo, permanecían acampados. Cuando la nube se detenía sobre el tabernáculo muchos días, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Jehová, y no partían. Y cuando la nube estaba sobre el tabernáculo pocos días, al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían.
La nube era la señal que mostraba a Israel dónde debían acampar, y cuando debían seguir avanzando por el desierto. A lo largo de la travesía por el desierto, era de vital importancia seguir la Nube, porque si alguien se quedaba atrás, podría morir bajo el intenso calor del sol o ante los peligros del desierto. Por eso, el pueblo de Israel debía estar pendiente de la Nube: si permanecía en un lugar, debían acampar; pero si se movía, todos debían seguirla.
(Números 9:21-23) Y cuando la nube se detenía desde la tarde hasta la mañana, o cuando a la mañana la nube se levantaba, ellos partían; o si había estado un día, y a la noche la nube se levantaba, entonces partían. O si dos días, o un mes, o un año, mientras la nube se detenía sobre el tabernáculo permaneciendo sobre él, los hijos de Israel seguían acampados, y no se movían; mas cuando ella se alzaba, ellos partían. Al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían, guardando la ordenanza de Jehová como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.
Hoy, en un sentido espiritual, tal vez no tenemos una nube física ante nuestra vista, pero sí tenemos al Espíritu Santo quien nos guía a través de la vida. Si estamos atentos a lo que Dios está haciendo, nos moveremos con Él; pero si estamos distraídos, podríamos alejarnos del plan de Dios, y aún podríamos ponernos en una posición de peligro. Esto es algo que siempre debemos preguntarnos: ¿Estoy caminando bajo la Nube de Dios? ¿O me habré salido por mi propio camino?
LA NUBE DE SU PRESENCIA
La Biblia cuenta que cuando Moisés quería hablar con Dios, él entraba al Tabernáculo, y la Nube descendía. La NUBE era una señal física de la Presencia de Dios.
(Exodo 33:9-11) Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés. Y viendo todo el pueblo la columna de nube que estaba a la puerta del tabernáculo, se levantaba cada uno a la puerta de su tienda y adoraba. Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero…
Todo Israel era testigo que Dios bajaba a hablar con Moisés, y esto le daba la autoridad ante el Pueblo.
NUBE SOBRE SION
La mención de la Nube de Dios no es sólo una cuestión del pasado, sino que también hay una referencia sobre el futuro. Isaías profetizó que la Nube de la Presencia de Dios va a descender sobre el Monte Sión, donde está asentada Jerusalén.
(Isaías 4:5-6) Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel, y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero.
El contexto de estos versículos es la Venida del Mesías, luego de la Tribulación de los últimos tiempos. Jesús va a rescatar a Su Pueblo, lo limpiará, y establecerá Su Reino en Jerusalén, y desde allí reinará sobre todo el mundo. La Nube estará allí como símbolo de la Presencia de Dios en Jerusalén y de Su Protección sobre Su Pueblo.
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En el próximo capítulo (Números 10) veremos la transición de un pueblo acampado y organizado hacia un pueblo en marcha hacia su destino…
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Más estudios de este libro: NUMEROS
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