jueves, 14 de mayo de 2020

DANIEL 4:20-37. Revelación y cumplimiento del sueño


En la entrada anterior leímos el sueño que tuvo el rey de Babilonia. Ahora leeremos la revelación que Daniel recibió sobre éste:

Primero, Daniel identificó lo que representa el árbol:
a. Árbol
(Daniel 4:20-22) El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra, cuyo follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo, tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra.

Luego interpretó el orden del vigilante, y lo que esto representaría para el rey.
b. Mensaje del vigilante
(Daniel 4:23-25) Y en cuanto a lo que vio el rey, un vigilante y santo que descendía del cielo y decía: Cortad el árbol y destruidlo; mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias del campo sea su parte, hasta que pasen sobre él siete tiempos; esta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre mi señor el rey: Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere.

Daniel terminó con buenas nuevas, explicando cómo el rey podría salir de esa prueba mandada del Cielo.
c. Cepa con raíces
(Daniel 4:26) Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna. 

Por último, Daniel también le dio un consejo al rey:
d. Consejo
(Daniel 4:27) Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: tus pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad.

La clave para un buen reinado es que el rey gobierne con justicia y misericordia, en el temor de Dios, como dice la Biblia:
(Proverbios 20:28) Lealtad y verdad guardan al rey, y por la justicia sostiene su trono.
(Salmos 21:7) Por cuanto el rey confía en Jehová, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.

Veamos ahora si el rey atendió o no el consejo de Daniel…

UN AÑO DESPUÉS…
El rey de Babilonia tuvo un año para atender la advertencia que le fue dada a través del sueño del árbol gigante. Pero un año después, la soberbia pudo más que la prudencia. El rey se olvidó del consejo de Daniel, y ese día hizo una confesión que cayó como sentencia sobre su cabeza:
(Daniel 4:28-30) Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor. Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia, habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?

El corazón del rey se llenó de orgullo y altivez…y después de eso viene la caída.
(Proverbios 16:18) Delante de la destrucción va el orgullo, y delante de la caída, la altivez de espíritu.

El orgullo de Nabucodonosor se levantó como el árbol gigante que soñó. Y tal como fue profetizado…ese mismo día cayó.
(Daniel 4:31-32) Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere.


La interpretación de Daniel resultó ser profética, y se cumplió al pie de la letra. 
(Daniel 4:33) En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves.

El rey más poderoso de la historia fue humillado hasta convertirse en algo semejante a un animal.

ANTÍDOTO DEL ORGULLO
La soberbia y el orgullo de Nabucodonosor trajo como resultado su humillación y deshonra. Tal como dice la Biblia:
(Proverbios 11:2) Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; pero con los humildes está la sabiduría.

El arrepentimiento es el antídoto a todo mal. Cuando Nabucodonosor se arrepintió y se humilló ante Dios, regresó su sanidad mental.
(Daniel 4:34-35) Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?

Dios uso al rey más poderoso del mundo para enseñar a la humanidad una poderosa lección: Dios es Todopoderoso, y está en control de todo lo que pasa en el Cielo y en la Tierra.

Hay un proverbio que refleja el proceso que pasó el rey Nabucodonosor:
(Proverbios 18:12) Antes de la destrucción el corazón del hombre es altivo, pero a la gloria precede la humildad.

La altivez y soberbia del rey lo llevó a ser humillado hasta el suelo; pero cuando el rey se arrepintió y se humilló delante de Dios, su grandeza fue restaurada.
(Daniel 4:36) En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.

La restauración de Nabucodonosor también nos sirve de ejemplo, porque eso es lo que Dios quiere para todos nosotros.
(Santiago 4:10) Humillaos en la presencia del Señor y El os exaltará.

El capítulo cierra con un versículo de exaltación a Dios, el único que merece la gloria y la honra. El rey reconoció al Rey de reyes y Señor de Señores.
(Daniel 4:37) Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.

SOMBRA DE LO QUE VENDRÁ
Así como fue puesto a prueba el rey de Babilonia, toda la humanidad será también puesta a prueba en los últimos tiempos, para ver si reaccionan con soberbia o con humildad ante Dios. El profeta Isaías explica que, cuando el Mesías regrese en el Día del Señor, los altivos serán destruidos, pero los humildes serán salvados.
(Isaías 2:11-17) La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día. Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido; sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán; sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados; sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte; sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas. La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo Jehová será exaltado en aquel día.


Lección anterior: Daniel 4:1-19
Lección siguiente: Daniel 5:1-12 

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