Luego
de la introducción, Apocalipsis comienza con la revelación de Jesús, haciendo
énfasis en los aspectos que necesitamos conocer del Señor para estos tiempos.
(Apoc.
1:4-8) Juan, a las siete iglesias que están en
Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y
de los siete espíritus que están delante de su trono; y de Jesucristo el
testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la
tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su
sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea
gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. He aquí que viene con las
nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los
linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. Yo soy el
Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que
ha de venir, el Todopoderoso.
a. “El que es y que era y
que ha de venir”
Esta
frase se repite muchas veces en Apocalipsis, y está vinculada con el Nombre de
Dios: Jehová (Yehová). Así se presentó Dios a Moisés en el Monte
Sinaí, diciendo: “Yo soy el que Soy…Este
es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos” (Exo. 3:13-15). Yehová es el
Nombre eterno de Dios que resume todos sus atributos, en todos los tiempos (Salmo
90:1-2; Sal. 102:27).
b. “Los siete espíritus
que están delante del trono”
¿Cuáles
son estos siete espíritus de Dios? Al profeta Isaías le fue revelado cuáles
son:
(Isaías
11:1-2) Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un
vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de
Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de
poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.
El
retoño de Isaí es el Mesías, Yeshua (Jesucristo), y sobre él están los
espíritus de Dios. Esto se confirma en la visión del trono en Apocalipsis:
(Apoc.
4:5) Y del trono salían relámpagos y truenos y
voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son
los siete espíritus de Dios.
(Apoc.
5:6) Y miré, y vi que en medio del trono y de los
cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero
como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son
los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
c. “Jesucristo, el testigo
fiel”
Un testigo
es aquel que da testimonio de algo que presenció. Jesús da testimonio de Dios
en palabra y en obra. Con su vida, nos habla de quién es Dios en medio de un
mundo apartado de Él (Juan 7:28-29).
(Juan
8:13-14) Entonces los fariseos le dijeron: Tú das
testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero. Respondió Jesús y les
dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque
yo sé de dónde he venido y adónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo
ni adónde voy.
(Juan
8:17-19) Aun en vuestra ley está escrito que el
testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí
mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí. Entonces le decían: ¿Dónde
está tu Padre? Jesús respondió: No me conocéis a mí ni a mi Padre. Si me
conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.
Con sus
palabras, Jesús da testimonio de lo que ha oído del Padre, y lo transmite
fielmente.
(Juan
8:25-28) Entonces le decían: ¿Tú quién eres? Jesús
les dijo: ¿Qué os he estado diciendo desde el principio? Tengo mucho que decir
y juzgar de vosotros, pero el que me envió es veraz; y yo, las cosas que oí de
El, éstas digo al mundo. No comprendieron que les hablaba del Padre. Por eso
Jesús dijo: Cuando levantéis al Hijo del Hombre, entonces sabréis que yo soy y
que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo estas cosas como el Padre me
enseñó.
Jesús
fue perseguido hasta la muerte por hablar la verdad (Juan 8:37-59). De igual forma, los santos de los últimos
días seremos perseguidos por hablar la verdad y por dar testimonio de Dios.
d. “Primogénito de los
muertos”
Todos
sabemos que la muerte es parte de la vida; toda persona que nace debe morir. La
buenas nueva es que Jesús venció a la muerte. Él fue el primero en experimentar
la resurrección que lleva a la vida eterna.
(Colosenses
1:18) Él es también la cabeza del cuerpo que es la
iglesia; y Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de
que Él tenga en todo la primacía.
Jesús también
nos da la esperanza de vida eterna. Los que crean en Jesús serán resucitados en
el día de Su Venida.
(1 Cor.
15:20-23) Mas ahora Cristo ha resucitado de entre
los muertos, primicias de los que durmieron. Porque ya que la muerte entró por
un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. Porque,
así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero
cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo
en su venida
(Juan
11:25-26) Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y
la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en
mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?
e. “El soberano de los
reyes de la tierra”
Juan señala
que Jesús es el Rey legítimo de toda la Tierra. En el tiempo indicado, Él
vendrá a reclamar su derecho, y todo poder y reino se someterá a su gobierno (1
Cor. 15:24-28). Jesús es Rey de reyes y Señor de señores.
(Salmo
2:6-8) Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi
santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;
Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como
posesión tuya los confines de la tierra.
En su
primera venida, Jesús se humilló como Cordero, obediente hasta la muerte en la
cruz; pero en su segunda venida, Él vendrá a reclamar su lugar como Rey de toda
la Tierra. Toda rodilla se doblará ante Él (Fil. 2:8-11; Efe. 1:20-22; Dan.
7:13-14; Salmo 89:27).
A
continuación, Juan proclama diciendo que al Señor sea la gloria y el reino para
siempre. Y en ese contexto, describe lo que Jesús ha hecho por nosotros:
(Apoc.
1:5b-6) Al que nos amó, y nos lavó de nuestros
pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su
Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Al
haber recibido el amor de Dios y Su perdón, ahora podemos debemos vivir como
reyes y sacerdotes—no es sólo un título que recibimos, sino un estilo de vida.
f. “Viene con las
nubes, y todo ojo le verá”
Juan
describe la forma en que Jesús vendrá, la cual coincide con la manera en que se
fue (la cual Juan fue testigo)…
(Hechos
1:9-11) Después de haber dicho estas cosas,
fue elevado mientras ellos miraban, y una nube le recibió y le ocultó de sus
ojos. Y estando mirando fijamente al cielo mientras El ascendía, aconteció
que se presentaron junto a ellos dos varones en vestiduras blancas, que
les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo
Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal
como le habéis visto ir al cielo.
Esta no
era una revelación nueva, ya que Daniel lo había profetizado, y Jesús también:
(Daniel
7:13-14) Seguí mirando en las visiones nocturnas, y
he aquí, con las nubes del cielo venía uno como un Hijo de Hombre, que se
dirigió al Anciano de Días y fue presentado ante El. Y le fue dado
dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le
sirvieran. Su dominio es un dominio eterno que nunca pasará, y su reino uno que
no será destruido.
(Lucas
21:27-28) Entonces verán al Hijo del Hombre, que
vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a
suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está
cerca.
[Otras
referencias: Apoc. 14:14; Mat. 24:30-31; Mar. 13:26-27; Luc. 21:27; Mat. 26:63-64;
Mar. 14:62; 1 Tes. 4:16-17]
Al
hablar de la venida de Jesús en las nubes, Juan también hace referencia a una
profecía de Zacarías: “y los que le traspasaron; y todos los linajes de
la tierra harán lamentación por él” (Zac. 12:10). Muchos rechazaron a Jesús
en su primera venida, pero en su segunda venida todos le reconocerán.
PRINCIPIO Y FIN
Luego
que Juan dice: “¡Amén!”, el Señor habla y se presenta de la siguiente manera:
(Apoc.
1:8) Yo soy el Alfa y la Omega, principio y
fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el
Todopoderoso.
“Alfa &
Omega” son la primera y la última letra del alfabeto griego. Son las letras equivalentes
a “A & Z” (en hebreo: Alef v’Tav). Jesús está diciendo que Él ha
estado desde el principio y estará en el fin (Apoc. 21:6).
El
apóstol Juan entendió perfectamente este mensaje, porque él dio testimonio de
esto en el primer versículo de su Evangelio:
(Juan
1:1) En el principio era el Verbo, y el Verbo era
con Dios, y el Verbo era Dios.
Al
decir que Él es “el que es, que era y que ha de venir”, Jesús se está
identificando como Dios, el Eterno (Isaías 48:12-13).
Al
final de Apocalipsis, el Señor vuelve a presentarse como el principio y el fin:
(Apoc.
22:12-13) He aquí, yo vengo pronto, y mi recompensa
está conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa
y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin.
Jesús
también se presenta como: Todopoderoso. El Señor sabe que nosotros
necesitamos saber que Él puede todo y nada es imposible para Él (Jer. 32:17;
Job 42:2; Luc. 1:37; Luc. 18:27; Isa. 46:9-10). Este conocimiento nos sostendrá
DIA DEL SEÑOR
Juan
menciona cuál era el día en que él recibió esta revelación:
(Apoc.
1:10) Yo estaba en el Espíritu en el día del
Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta.
En la
Biblia, el “Día del Señor” (heb. Yom Yehová) se refiere al
día en que vendrá el Señor a la Tierra para juzgar a las naciones.
(Isaías
13:9) He aquí, el día del SEÑOR viene, cruel,
con furia y ardiente ira, para convertir en desolación la tierra y exterminar
de ella a sus pecadores.
[Otras
ref. Isa. 2:12; Isa. 13:6; Joel 1:15; Joel 2:11; Abdías 1:15; Sof. 1:14; Zac.
14:1; Mal. 4:5]
Ese es
el día de la decisión final: cada pesona se definirá si está a favor de Dios o
en su contra. En ese día, traerá perdón a los que se hayan arrepentido, pero
destrucción a los que se rebelen contra su autoridad.
(Joel
1:15) ¡Ay del día! porque cercano está el día de
Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso.
(Joel
3:14) Muchos pueblos en el valle de la decisión;
porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión.
(Eze.
30:2-3) Hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha
dicho Jehová el Señor: Lamentad: ¡Ay de aquel día! Porque cerca está el día,
cerca está el día de Jehová; día de nublado, día de castigo de las
naciones será.
Proféticamente
es el día en que el Mesías vendrá a como juez a juzgar a todas las naciones, y
como rey a reclamar su trono sobre toda la tierra. Este día está vinculado con
el cumplimento mesiánico del Día de Expiación (heb. Yom Kipur).
Juan explica
que el Señor lo llevó en el espíritu a presenciar el Día del Señor, y ése es el
en que Jesús vendrá por segunda vez con todo su poder y majestad.
DESTINATARIO
Luego
de señalar la fecha de la visión, el Señor también revela para quién es el
mensaje:
(Apoc.
1:10-11) Yo estaba en el Espíritu en el día del
Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el
Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y
envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo,
Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
El mensaje de Apocalipsis es para la Iglesia del Señor. Menciona una lista de siete iglesias que estaban en Asia Menor (hoy Turquía), las cuales representan los diferentes tipos de iglesias que existen. [Ver estudio de los capítulos 2 y 3].
ResponderEliminarDios continue bendiciendo esteministerio que es de granayudapara nostros
gracias y que el Senor les siga dando sabiduria para seguir ensenandonos su palabra.
ResponderEliminarDios os bendiga
ResponderEliminarExelente
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