Luego de
haber confirmado que Jesús era el Mesías, la mente de los discípulos comenzó a
volar. Comenzaron a preguntarse quién de los doce sería nominado como la mano
derecha. Probablemente se pelearon entre ellos por el primer lugar, como mano
derecha del Mesías. Pero todos sabían que la última palabra la tendría Jesús,
así que se le preguntaron…
(Mateo 18:1)
En
aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en
el reino de los cielos?
En el
mundo, los que son considerados como “grandes” son los que tienen poder e
influencia, los que tienen don de mando, a quien otros sirven. Pero en el Reino
de los Cielos, las cosas funcionan de una manera muy diferente, y eso fue lo
que Jesús les explicó:
(Mateo 18:2-3) Y llamando
Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si
no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los
cielos.
Jesús usó la imagen de un niño para ejemplificarnos cómo
debe ser nuestra relación con Dios. Un niño tiene fe completa en su padre, y lo
ve como el todo en su vida: el padre es quien provee todo lo que necesita y
quien lo ama. Ante esto, el niño hace todo lo que su padre dice porque sabe que
es para su bien. Y Jesús nos invita a que veamos a Dios Padre de la misma
manera.
En el mundo, quien “manda” es considerado como “grande”; pero
en el Reino de los Cielos, el Rey es Dios y sus mejores ministros son los que
hacen lo que Él manda.
(Mateo 18:4) Así que, cualquiera que se humille como este niño,
ése es el mayor en el reino de los cielos.
Más adelante en Mateo, veremos que Jesús les explica a sus
discípulos que el mayor es quien sirve, y no quien se sirve de los demás, como
suele suceder en el mundo:
(Mateo 23:11-12) El que es el
mayor de vosotros, sea vuestro siervo.
Porque el que se enaltece será humillado,
y el que se humilla será enaltecido.
Una de las mayores virtudes en el Reino de Dios es la
humildad.
(Nota: Cuando lleguemos al capítulo 23, estudiaremos
con más detalle el tema de la humildad)
PIEDRA DE TROPIEZO
Luego de aclarar la jerarquía en el Reino de los Cielos, Jesús
pasó a hablar de la responsabilidad que tienen los líderes en cuanto a su
influencia sobre los demás.
(Mateo 18:6-7) Y cualquiera
que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera
que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese
en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos,
pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
La analogía de la “piedra de tropiezo” nos habla de las
personas que hacen caer a otros, ya sea por un mal ejemplo o por enseñar una
doctrina torcida. En especial los líderes pueden servir de tropiezo, dada su
posición de influencia; pero también cualquier creyente puede servir de
tropiezo dando un falso testimonio de quién es Dios.
Jesús dijo que esta falta (ser piedra de tropiezo) es tan
seria que sería mejor morir o perder un miembro del cuerpo.
(Mateo 18:8-9) Por tanto, si
tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es
entrar en la vida cojo o manco, que
teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es
ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en
la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.
Por supuesto, esto es sólo una analogía, y no debe ser
tomado literal. Pero Jesús usa estas imágenes para que veamos la seriedad del
asunto, y hace ver que Dios está muy pendiente de esto.
(Mate0 18:10) Mirad que no
menospreciéis a uno de estos pequeños;
porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi
Padre que está en los cielos.
Muchos líderes dicen y hacen muchas cosas, y luego se
sacuden la responsabilidad que conlleva su posición. Pero el Señor nos dice que
por cada palabra y acto, tendremos que dar cuentas a Dios, tanto líderes como todos
los creyentes. Este mensaje lo recalca Pablo:
(Romanos 14:12-13) De manera que cada uno de nosotros dará a Dios
cuenta de sí. Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más
bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.
Contrario a la piedra de tropiezo que hace caer, Jesús dijo
a sus discípulos que su propósito es salvar. Esto lo veremos en la próxima
entrada…
Más estudios de este Evangelio en la pestaña: MATEO
También disponible en audio: AUDIO
de MATEO
de gran bendicion hnos
ResponderEliminarMuy bien explicados gran bendición
ResponderEliminarComo me encanta esta página
ResponderEliminarA mi también me encanta esta página. Explican de una forma que se entiende a la perfección.Bendiciones.
ResponderEliminarMuchas gracias, me han ayudado :) Bendiciones
ResponderEliminarMe encanta la explicación que uno no debe perder la fe y ser como un niño
ResponderEliminarExcelente explicación
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