Una semana después de la revelación en Cesárea de Filipo,
Jesús tuvo otra experiencia sobrenatural con sus discípulos. Según la tradición católica, esta experiencia
sucedió en el Monte Tabor, pero dado la localización donde se encontraban Jesús
y sus discípulos justamente antes de este evento (en Cesárea de Filipo), lo más
probable es que la montaña a la que se refiere es el Monte Hermón, que se
encuentra al norte (hoy, en la frontera entre Israel y Siria).
En esta ocasión, sólo le acompañaron tres discípulos…
(Mateo 17:1-2) Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a
Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante
de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron
blancos como la luz.
Esta no era la primera vez que alguien se transformaba así.
Hay un precedente bíblico en Éxodo. Moisés pasó por una experiencia similar
cuando subió al Monte Sinaí.
(Éxodo 34:29) Y aconteció que
descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su
mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro
resplandecía, después que hubo hablado con Dios.
La Biblia cuenta que el rostro de Moisés brillaba de tal
manera que tuvo que cubrirse el rostro, porque era como ver directo al sol
(Éxodo 34:29-35). ¿Y por qué razón le brillaba? La Biblia explica que esto fue
resultado de haber estado en la Presencia de Dios. El rostro de Moisés
reflejaba la luz del Señor, y algo similar le sucedió a Jesús. Él estaba orando
en el monte alto cuando se transfiguró.
(Lucas 9:29) Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se
hizo otra, y su vestido blanco y
resplandeciente.
Estando rodeado de la luz de Dios, se aparecieron ante Jesús
otros dos hombres, muy conocidos en la Biblia:
(Mateo 17:3) Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con
él.
En las Escrituras, estos dos personajes bíblicos son muy simbólicos:
Moisés representa la Ley (la instrucción divina, la palabra de Dios escrita),
mientras que Elías representa a los profetas (la palabra revelada); y tanto en
la Torá como en los profetas se encuentran revelaciones sobre el rol que jugará
el Mesías.
Moisés y Elías fueron enviados por Dios Padre para llevarle
un mensaje a Jesús, tal como lo revela Lucas:
(Lucas 9:30-31) Y he aquí dos varones que hablaban con él, los
cuales eran Moisés y Elías; quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban
de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén.
Los dos profetas llegaron a hablar con Jesús sobre el plan
que el Hijo de Dios debía cumplir en un futuro cercano: Él debía ir a Jerusalén
para morir en la cruz como “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”
(Juan 1:29).
ENRAMADAS
Al ver esta visión, Pedro creyó que había llegado el
cumplimiento de la Fiesta de Tabernáculos, la cual apunta al milenio de paz que
traerá el Mesías. En ese contexto, se entiende lo que Pedro dijo:
(Mateo 17:4) Entonces Pedro dijo
a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos
aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
En la Fiesta de Tabernáculos, el pueblo de Dios está
instruido a hacer enramadas o tabernáculos, que son habitaciones temporales
(Levítico 23:33-43). En la tradición judía, cada uno de los ocho días de
celebración bajo la enramada (heb. Sucá), simbólicamente se invitan
a ciertos personajes bíblicos: Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, Aarón y
David. Por eso, cuando Moisés y Elías se presentaron con Jesús, Pedro creyó que
se estaba realizando el cumplimiento profético de la Fiesta, y ofreció levantar
una Sucá para cada uno de ellos.
[Nota: para profundizar más sobre el tema de
la Fiesta de Tabernáculos, les recomiendo leer el siguiente estudio: Esencia de Sucot]
Pero después se hizo evidente que esa no era la ocasión del
cumplimiento (la cual ahora entendemos que será en la segunda venida de Jesús).
En ese momento la voz del Padre se dejó oír…
(Mateo 16:5) Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he
aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia; a él oíd.
El mismo Padre Celestial dio testimonio de quién era Jesús
ante los discípulos. Y las palabras que usó están vinculadas a una profecía
mesiánica en Isaías:
(Isaías 42:1) He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en
quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá
justicia a las naciones.
Los discípulos reaccionaron como los israelitas cuando
oyeron la voz de Dios en el Monte Sinaí (Exo. 20:18-20)…
(Mateo 17:6) Al oír esto los
discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor.
No sabemos cuánto tiempo permanecieron postrados, pero no
extrañaría que fue durante un tiempo largo, pues Jesús los tuvo que levantar…
(Mateo 17:7-8) Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo:
Levantaos, y no temáis. Y alzando ellos
los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.
Después de esto, Jesús les hizo una petición especial:
(Mateo 17:9) Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo:
No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los
muertos.
En una de sus cartas, Pedro hizo referencia a este evento:
(2 Pedro 1:17-18) Pues cuando él
recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria
una voz que decía: Éste es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo,
cuando estábamos con él en el monte santo.
En este contexto, Pedro explica la importancia de la
profecía bíblica:
(2 Pedro 1:19-21) Tenemos también la palabra profética más segura, a
la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar
oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros
corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad
humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el
Espíritu Santo.
En los momentos oscuros de la vida, las profecías bíblicas
nos guían para que tomemos decisiones basadas en lo que Dios ha dicho, en lugar
de dejarnos llevar por las circunstancias temporales.
ELÍAS
Conociendo los discípulos la profecía referente a Elías, le preguntaron
a Jesús lo siguiente:
(Mateo 17:10)… ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es
necesario que Elías venga primero?
Esto no era algo que se inventaron los escribas, sino lo que
ellos enseñaban basados en una profecía en Malaquías:
(Malaquías 3:1) He aquí, yo
envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá
súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del
pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los
ejércitos.
Y en el siguiente capítulo, Malaquías identifica quién es
este mensajero:
(Malaquías 4:5) He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que
venga el día de Jehová, grande y terrible.
Por esto, los rabinos esperaban a Elías antes que al Mesías.
Jesús entendió la pregunta y les aclaró:
(Mateo 17:11-13) Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías
viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y
no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también
el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que
les había hablado de Juan el Bautista.
En la próxima entrada terminaremos de estudiar el capítulo
17 de Mateo…
Más estudios de este Evangelio en la pestaña: MATEO
También disponible en audio: AUDIO
de MATEO
gracias a Dios por su palabra, pero tengo una pregunta porque fueron estos tres hombres los que tuvieron el privilegio de experimentar este momento con jesus cual era el proposito de esto?
ResponderEliminarPor lo que entiendo, estos tres discípulos eran los más cercanos a Jesús. Ellos también son los discípulos que estuvieron más cerca de Jesus cuando él pasó su aflicción en el Jardín de Getsemaní, antes de su muerte (Mateo 26:36-38).
Eliminar(Ana Beatriz C.--Blog Estudio Biblia)
El propósito fue fortalecerlos en su Fe porque mientras estos tres hombres estaban presenciando la transfiguración el resto de los discípulos fallaban al tratar de curar a un muchacho por su falta de fe
ResponderEliminarCómo le haría Jesús para escoger a cuáles de sus apóstoles llevar al monte a vivir esta hermosa experiencia.
ResponderEliminarNo entiendo la última parte de v.13, acaso Elías estuvo o se personificó en Juan el Bautista? Si Elías vino primero, porqué los discípulos interpretaron de que se trataba de Juan el Bautista? Por eso,Elías, se personifica en Juan el Bautista?
ResponderEliminarAntonio Dios te bendiga! esta respuesta la puedes encontrar en Juan 1-21 Juan el baustista no era Elias encarnado pero su misnisterio era parte de la profecía que fue dada en Malaquias 4-5-6 la otra parte se cumplira en los últimos dias como lo describe apocalipsis 1-1 espero que esto te ayude bendiciones
EliminarLos acontecimientos ocurrido en mateo 17:1-5 no es una tradición católica ; fueron acontecimientos que ocurrieron en la vida y ministerio de Jesus .
ResponderEliminarMuy bonita la enseñanza donde se nota que Jesús confiaba en los tres discípulos por qué los tres lo acompañaron en el monte de los olivos
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