Al final del capítulo anterior vimos que Pablo
comenzó su segundo viaje misionero en Siria y Cilicia, confirmando las iglesias
ya habían sido establecidas (Hechos 15:40-41).
Esto fue aproximadamente dos años después del primer viaje con
Bernabé. Pero en esta ocasión Pablo iba
acompañado de Silas, representante de la iglesia de Jerusalén.
Se cree que la primera parada del viaje fue
Tarso, la ciudad de origen de Pablo, la cual es un puerto en el río Cindo, que
tenía entrada desde el mar mediterráneo.
Tarso era una ciudad grande que quedaba en el paso de su destino: Listra
y Derbe, donde habían establecido congregaciones en el primer viaje (Hechos
14:20-21).
Fue muy valiente de parte de Pablo regresar a
Listra, ya que allí fue donde casi muere apedreado (Hechos 14:19); pero el
sacrificio no fue en balde, pues en medio de la persecución nació una
congregación de creyentes, entre los cuales estaba Timoteo…
TIMOTEO
(Hechos 16:1-3) Llegó también a Derbe y a Listra. Y
estaba allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente,
pero de padre griego, (2) del cual hablaban elogiosamente los hermanos
que estaban en Listra y en Iconio.
Ese joven llamado Timoteo se convirtió en discípulo de Pablo (Rom.
16:21). Siendo mitad griego y mitad
judío, él ejemplificaba bien la misión de Pablo, quien siendo judío tenía un
llamado a los gentiles. Pero esa no era
la razón por la que Pablo lo escogió para acompañarlo, sino por sus virtudes.
Aunque su padre era griego su madre y su abuela le enseñaron la
Palabra de Dios
(2 Tim. 1:5) …trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela
Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.
(2 Timoteo 3:14-15) Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; (15) y
que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación
por la fe que es en Cristo Jesús.
Al principio, Timoteo fue discipulado por Pablo, y lo acompañó a
muchos lugares. Pero luego él va a ser
enviado en misiones propias (1 Cor. 4:17; 1 Cor. 16:10; Fil. 2.19; 1 Tes. 3:2). Timoteo también sirvió de coautor de varias
cartas de Pablo (Filipenses, 2 Corintios, Colosenses, 1 & 2 Tesalonicenses,
Filemón), probablemente como escribiente.
Directamente a Timoteo fueron dirigidas dos epístolas de Pablo (1 &
2 Timoteo).
En el capítulo 16 de Hechos, vemos el origen de esta relación entre
Pablo y Timoteo.
(Hechos 16:3) Pablo quiso que éste fuera con él,
y lo tomó y lo circuncidó por causa de los judíos que había en aquellas
regiones, porque todos sabían que su padre era griego.
Según los requisitos del judaísmo de entonces, si alguien era hijo
de madre judía pero de padre gentil, entonces no era considerado judío. Ese era el caso de Timoteo. Pero no importaba si era circunciso o
incircunciso, Timoteo era salvo por fe.
Pablo no veía problema con eso, pues Timoteo tenía circuncidado su
corazón. Aún así, Pablo le pidió que se
circuncidara físicamente, no por cuestión de salvación, sino para no ser piedra
de tropiezo a los judíos.
Tal vez parezca extraño que en el capítulo anterior Pablo esté
diciendo que no es necesario circuncidarse, y en el siguiente le pida a su
nuevo discípulo que lo haga. ¿Hay alguna
contradicción? En realidad no. La discusión del Concilio de Jerusalén no era
si la circuncisión en general ya no era válida, sino se estaba discutiendo si
los gentiles debían estar circuncidados para considerarse salvos. La conclusión a la que llegaron es que la circuncisión
no es un “prerrequisito” de la salvación; más bien, es una señal del Pacto entre
Dios y su pueblo Israel.
PACTO DE CIRCUNCISIÓN
El origen del pacto de Circuncisión se remonta al llamado de
Abraham. Abraham venía de Caldea, y no
era circunciso. El creyó, y le fue
contado por justicia. Pero después Dios
le pidió que se circundidara, no para justificación sino como una señal externa
del pacto con Dios:
(Génesis 17:1-11) Era Abram de edad de noventa y nueve
años, cuando le apareció Jehová y le
dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. (2) Y
pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. (3) Entonces Abram se postró sobre su rostro, y
Dios habló con él, diciendo: (4) He aquí
mi pacto es contigo, y serás padre de
muchedumbre de gentes. (5) Y no se
llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he
puesto por padre de muchedumbre de gentes. (6) Y te multiplicaré en gran
manera, y haré naciones de ti, y reyes
saldrán de ti. (7) Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus
generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia
después de ti. (8) Y te daré a ti, y a
tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán
en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.
(9) Dijo de nuevo Dios a Abraham:
En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y
tu descendencia después de ti por sus generaciones. (10) Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y
vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre
vosotros. (11) Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro
prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros.
La señal del pacto no era sólo para Abraham y los de su casa en ese
momento, sino para sus descendientes de generación en generación.
(Génesis 17:12-14) Y de edad de ocho días será
circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en
casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu
linaje. (13) Debe ser circuncidado el
nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra
carne por pacto perpetuo. (14) Y el
varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio,
aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto.
¿Por qué esta señal era en el prepucio y no en alguna otra parte
del cuerpo que fuera más visible? Por la
simple razón que tiene que ver con la simiente, con la descendencia. El pueblo de Dios llevaría en su cuerpo la
señal del Pacto, es decir, la constancia de que la descendencia de Abraham
seguiría a Dios, y Yehová sería Dios de sus descendientes.
La circuncisión es la señal que da testimonio de este pacto, pero
no es “pre-requisito” del pacto.
(Romanos 4:1-13) ¿Qué, pues,
diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? (2)
Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse,
pero no para con Dios. (3) Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por
justicia. (4) Pero al que obra, no se le cuenta el salario
como gracia, sino como deuda; (5) mas al
que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por
justicia. (6) Como también David habla de la
bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, (7)
diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos
pecados son cubiertos. (8) Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa
de pecado. (9) ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la
circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada
la fe por justicia. (10) ¿Cómo, pues,
le fue contada? ¿Estando en la
circuncisión, o en la incircuncisión? No
en la circuncisión, sino en la incircuncisión. (11) Y recibió la circuncisión
como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún
incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a
fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; (12) y padre de
la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que
también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser
circuncidado. (13) Porque no por la ley
fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del
mundo, sino por la justicia de la fe.
Pablo no le pidió a Timoteo que se circuncidara porque él lo
necesitara, sino porque los judíos tradicionales no lo recibirían ni lo escucharían
de otra manera. El pensamiento de Pablo
es que cada uno se quede tal como fue llamado, pues todos somos salvos por
fe. Pero de allí en adelante vivamos
como Dios manda, guardando la Ley de Dios.
(1 Corintios 7:18-19) ¿Fue llamado
alguno siendo circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo
incircunciso? No se circuncide. (19) La circuncisión
nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios.
Había alguna manera de que se dieran cuenta cuando alguna persona era circuncidada? Cómo sabrían que Timoteo no estaba circuncidado?
ResponderEliminarTal como comenta, la circuncisión es una señal privada; sin embargo podrían "sospechar" que no era judío por la forma de vestir, ya que Timoteo vivió en un ambiente griego-romano.
EliminarEn la cultura judia abia rejistros de los niños para afirmar que eran circuncidados
ResponderEliminarGracias por el aporte.
EliminarCreo que tiene que ver con aquella persona que llegara a conocer su intimidad, quien le daría descendecia,esa persona sabría que su descendencia serviría a Dios
EliminarGRACIAS Ana.Tu estudio me lleva a escudriñar las escrituras.
ResponderEliminarBendiciones
Excelente el escrito
ResponderEliminarGracias Ana, tenía dudas al respecto muchas gracias por tu aportación.Dios te siga dando sabiduría en tus estudios que compartes generosamente con todos nosotros.Dios te bendiga.
ResponderEliminarMuchas gracias por el aporte, es de gran ayuda, una bendición poder compartir tu exposición respecto a ese tema que una ves que lo entendemos nos deja l puerta abierta a poder tener una comprensión más amplia de la lectura en algunos aspectos, buenas noches y le animo a que siga adelante con estos estudios
ResponderEliminarMucha gracias.
ResponderEliminarExcelente datos y muchas dudas resuelta 🙌