lunes, 21 de enero de 2013

GENESIS 24: Misión Antes de Morir



El capítulo 24 de Génesis comienza haciendo referencia a la edad avanzada de Abraham.
(Génesis 24:1) Abraham era viejo, entrado en años; y el SEÑOR había bendecido a Abraham en todo. 

Sara acababa de morir, y él pensaba que pronto seguiría él.  Para entonces, se cree que Abraham tenía 137 años.  Pero a él todavía le quedaban 38 años más de vida, pues murió a los 175 (Gen. 25:7).

Es natural que cuando un ser querido muere, uno comienza a analizar la vida propia.  Abraham pudo darse cuenta que Dios lo había bendecido en todo.  No sólo tenía riquezas materiales, sino que también espirituales.  Había tenido una buena vida (Prov. 10:22).  Sin embargo, había algo que Abraham debía hacer antes de morir…




MISIÓN ANTES DE MORIR
Abraham todavía tenía una misión que cumplir: debía asegurarse de dejar casado a su hijo Isaac, para tener descendientes y asegurar que la promesa de Dios no muriera allí.   

Abraham se dispuso buscar mujer para su hijo.  Para ello, decidió enviar a su siervo de mayor confianza con la misión de encontrarle una…pero no podía ser cualquiera.
(Génesis 24:2-4)  Y Abraham dijo a su siervo, el más viejo de su casa, que era mayordomo de todo lo que poseía: Te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo,  (3)  y te haré jurar por el SEÑOR, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito;  (4)  sino que irás a mi tierra y a mis parientes, y tomarás mujer para mi hijo Isaac. 

Abraham le hizo jurar a su siervo que no buscaría una mujer entre las cananeas.  ¿Por qué esa condición era tan importante? La Biblia lo dice claramente:
(Deuteronomio 7:3-4)  Y no contraerás matrimonio con ellos; no darás tus hijas a sus hijos, ni tomarás sus hijas para tus hijos.  (4)  Porque ellos apartarán a tus hijos de seguirme para servir a otros dioses; entonces la ira del SEÑOR se encenderá contra ti, y El pronto te destruirá.
(Éxodo 34:12-16)  Cuídate de no hacer pacto con los habitantes de la tierra adonde vas, no sea que esto se convierta en tropezadero en medio de ti;  (13)  sino que derribaréis sus altares y quebraréis sus pilares sagrados y cortaréis sus Aseras  (14)  (pues no adorarás a ningún otro dios, ya que el SEÑOR, cuyo nombre es Celoso, es Dios celoso)  (15)  no sea que hagas pacto con los habitantes de aquella tierra, y cuando se prostituyan con sus dioses y les ofrezcan sacrificios, alguien te invite y comas de su sacrificio;  (16)  y tomes de sus hijas para tus hijos, y ellas se prostituyan con sus dioses, y hagan que también tus hijos se prostituyan con los dioses de ellas.

El rechazo a los cananeos no es por discriminación étnica.  Más bien, es un asunto de creencias espirituales, de principios y valores.

Pablo también advierte en contra de unirse con gente que no piensa igual.
(2 Corintios 6:14-16)  No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?  (15)  ¿O qué armonía tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo?  (16)  ¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: Habitaré en ellos, y andaré entre ellos; y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

Un ejemplo del efecto de estas uniones desiguales lo encontramos en el libro de Nehemías.
(Nehemías 13:23-27)  Vi también en aquellos días a judíos que se habían casado con mujeres asdoditas, amonitas y moabitas.  (24)  De sus hijos, la mitad hablaban la lengua de Asdod, y ninguno de ellos podía hablar la lengua de Judá, sino la lengua de su propio pueblo.  (25)  Y contendí con ellos y los maldije, herí a algunos de ellos y les arranqué el cabello, y les hice jurar por Dios, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos; tampoco tomaréis de sus hijas para vuestros hijos ni para vosotros mismos.  (26)  ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Sin embargo, entre tantas naciones no hubo rey como él, y era amado por su Dios, y Dios le había hecho rey sobre todo Israel; pero aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras.  (27)  ¿Y se debe oír de vosotros que habéis cometido todo este gran mal obrando infielmente contra nuestro Dios casándoos con mujeres extranjeras?

VINCULOS FAMILIARES
Aunque Abraham tenía razón de no querer una mujer cananea para su hijo, tampoco era ideal que él regresara a la Tierra y a la parentela de quien Dios le había dicho que dejara atrás. 
(Génesis 12:1-2)  Y el SEÑOR dijo a Abram: Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré.  (2)  Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.

Tal vez Abraham todavía no había roto su vínculo emocional con su familia, pues los buscó para encontrarle mujer a su hijo.  Pero, por lo menos, no fue él en persona, sino que envió a su siervo de confianza.  Lo importante era encontrar a una mujer dispuesta a dejar lo que le era familiar, y unirse a la familia de Abraham, adaptándose a su nueva familia por completo.



UN SIERVO CON UNA MISIÓN
Las condiciones que demandaba Abraham representaban complicaciones para el siervo. 
(Génesis 24:5-8)  Y el siervo le dijo: Tal vez la mujer no quiera seguirme a esta tierra. ¿Debo volver y llevar a tu hijo a la tierra de donde viniste?  (6)  Y Abraham le dijo: Guárdate de llevar allá a mi hijo.  (7)  El SEÑOR, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra donde nací, y que me habló y me juró, diciendo: "A tu descendencia daré esta tierra", El mandará su ángel delante de ti, y tomarás de allí mujer para mi hijo.  (8)  Si la mujer no quiere seguirte, quedarás libre de este mi juramento; sólo que no lleves allá a mi hijo.

Abraham no volvió más a la Tierra de donde Dios lo había sacado; tampoco permitió que su hijo fuera.

Nótese que Abraham no estaba poniendo su confianza en el siervo, sino en YHVH Dios del universo.  Dios le había prometido descendencia, y lo cumplió a pesar de las circunstancias adversas.  De la misma manera, Abraham sabía que Dios iba a proveer mujer para su hijo, para conservar la descendencia.  El sabía que el Señor mandaría a su Ángel delante, preparando el camino…como lo hizo en el Monte Moriah.

El siervo aceptó la misión y juró cumplirla.  De inmediato, se puso en camino.
(Génesis 24:9-10)  Y el siervo puso la mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este asunto.  (10)  Entonces el siervo tomó diez camellos de entre los camellos de su señor, y partió con toda clase de bienes de su señor en su mano; y se levantó y fue a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor. 

Este era un viaje largo.  Pero él no perdió tiempo.  Tan pronto como llegó, se puso en acción.  Se dirigió directamente al lugar donde podía encontrarse con las mujeres del pueblo.
(Génesis 24:11-12)  E hizo arrodillar a los camellos fuera de la ciudad junto al pozo de agua, al atardecer, a la hora en que las mujeres salen por agua,  (12)  y dijo: Oh SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, te ruego que me des éxito hoy, y que tengas misericordia de mi señor Abraham. 

El siervo estaba dispuesto a hacer todo lo humanamente posible para cumplir con su misión.  Pero él no puso la confianza en su intuición ni en sus propias fuerzas, sino que pidió la ayuda de Dios.

En la próxima entrada veremos lo que hizo el siervo de Abraham para elegir esposa para Isaac…

2 comentarios:

  1. Gracias por su blog. Es de mucha bendición. En esta entrada hace referencia a Deuteronomio. Sin embargo esos libros no estaban escritos aún. Esto demuestra la comunión de Abraham con Dios.

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