lunes, 24 de agosto de 2009

Cantares 1:3-4

CAMBIO DE PERCEPCIÓN
El tema predominante del libro de Cantares es el afecto del Rey por su Novia.


En teoría sabemos que Dios nos ama, pero ¿lo creemos de verdad?

Al principio de Cantares vemos una mujer que desea ser amada, pero está más enamorada del “amor” que de una persona real. En esa condición, ella podría enamorarse de “cualquiera”. Pero antes que su corazón sea cautivado por otros amores, el Rey se la va ganando poco a poco, dándose a conocer.

¿Cómo sabemos en realidad, y no en teoría, que Dios nos ama? La respuesta es cuando le correspondamos ese amor.

Si entendiéramos realmente el amor que Dios tiene por nosotros, nuestra percepción de Él cambiaría. Ya no lo veríamos igual, sino con ojos de amor. Conocerlo más nos llevará a apreciarlo más, y luego a corresponderle ese amor.

En los momentos de debilidad, Su Amor nos llevará a correr hacia Él, en lugar de salir huyendo por sentimientos de culpa o condenación.

En los momentos de necesidad, nos llevará a abrir nuestro espíritu y tenerle más confianza, en lugar de cerrarnos y apartarnos.

(Salmo 91:14-16) Porque en mí ha puesto su amor, yo entonces lo libraré; lo exaltaré, porque ha conocido mi nombre. Me invocará, y le responderé; yo estaré con él en la angustia; lo rescataré y lo honraré; lo saciaré de larga vida, y le haré ver mi salvación.

EN GRUPO O PERSONAL
En sus primeras expresiones de amor, la novia de Cantares a veces habla en singular y otras en plural, lo cual parece ser una incongruencia.
(Cantares 1:4) Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; Nos gozaremos y alegraremos en ti; Nos acordaremos de tus amores más que del vino; Con razón te aman.

Al principio dice: “Atraéme”, pero luego habla en plural diciendo “correremos hacia Él”.
Dice: “el rey me metió a su cuarto”, pero luego dice que “todos nos gozaremos”.
Luego dice: “¡Con razón ellas te aman!”, como si ella estuviera diciendo que no ha experimentado personalmente ese amor, pero lo desea. Quiere ser igual que los demás.

Esta es la forma en que el creyente comienza a experimentar el amor de Dios. Aprendemos acerca de Dios en grupo o por referencia de otros. Pero luego Dios quiere que cada uno conecte con Él en lo personal. El texto dice que “el rey nos mete en sus cámaras”, en el lugar de intimidad, para que tengamos una relación íntima con Él. Ya no es en grupo, sino personal.

No basta con conocer “acerca” de Dios, sino debemos procurar conocerle a Él.

TU NOMBRE ES COMO UNGÜENTO
En el versículo 3, la mujer se da cuenta por qué razón las otras personas aman al Rey:
(Cantares 1:3) A más del olor de tus suaves ungüentos, Tu nombre es como ungüento derramado; por eso las doncellas te aman.

NOMBRE DEL MARIDO
Cuando una mujer se casa, ella recibe el nombre del marido.

¿Qué hay en un nombre? Eclesiastés 7:1 dice que “Mejor es el buen nombre que el buen ungüento…” Un buen nombre puede traer prestigio y reconocimiento.

En Isaías hace referencia a unas mujeres que buscan marido que les de un buen nombre.
(Isa 4:1) Porque siete mujeres echarán mano de un hombre en aquel día, diciendo: Nuestro pan comeremos y con nuestra ropa nos vestiremos; tan sólo déjanos llevar tu nombre; quita nuestro oprobio.

El Novio puede preguntarse: ¿Está buscando la Novia los beneficios de mi “apellido” (Nombre), o se casa conmigo porque me ama?

¿Por qué buscamos a Dios: por interés o por el deseo de conocerle?

EL PERFUME
En Cantares 1:3 leemos que el Nombre es como un ungüento.

Ungüento (heb. Shemen) literalmente, aceite. Figuradamente, perfume, riqueza.

¿Qué efecto tiene un perfume? Aunque no se ve, el perfume causa impacto, y nos mueve. Causa atracción. Quien lo usa, se hace deseable. Pero para poder disfrutarlo, se debe abrir el frasco, y luego se debe mover, o derramar, o ungir.

Pablo explica lo que esta fragancia representa en términos espirituales:
(2 Cor. 2:14) Pero gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por medio de nosotros manifiesta en todo lugar la fragancia de su conocimiento.

Es conocer quién es Dios, es conocer Su Nombre. El perfume es la esencia interior del Señor. Podemos quedarnos con una imagen exterior y superficial de Dios, pero si queremos apreciar su aroma debemos buscar Su Esencia. Mientras más lo vamos conociendo, más dulce y agradable nos parece, y más nos atrae.

LA ATRACCIÓN DEL PERFUME
Si usamos el perfume del Señor en nuestra vida, es decir, si reflejamos Su Amor y amamos al prójimo como Él nos ha amado, entonces más personas serán atraídas por el perfume de Dios.

Esto es lo que hizo la Novia en Cantares. Primero, se siente atraída hacia Su Perfume. Luego comienza a usarlo, y desea que ese aroma llegue a otros. Sobre todo, desea que el olor grato suba a Dios, y que este perfume honre al Señor.
(Cantares 4:16) Despierta, viento del norte, y ven, viento del sur; haced que mi huerto exhale fragancia, que se esparzan sus aromas. Entre mi amado en su huerto y coma sus mejores frutas.

Quien no ha pasado tiempo con Dios, no huele a Él. Su olor es otro. Este aroma será el que percibirán los demás.
(2 Corintios 2:15-17) Porque fragante aroma de Cristo somos para Dios entre los que se salvan y entre los que se pierden; para unos, olor de muerte para muerte, y para otros, olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿quién está capacitado? Pues no somos como muchos, que comercian con la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios y delante de Dios hablamos en Cristo.

AUDIENCIA DE UNO
Aunque deseamos atraer a los demás hacia el Señor, al final del día no debemos dejarnos llevar por la opinión de los demás. La única opinión que nos debe importar y con el único que debemos tratar de quedar bien es con Dios.
(Juan 5:39-44) Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida. No recibo gloria de los hombres; pero os conozco, que no tenéis el amor de Dios en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése recibiréis. ¿Cómo podéis creer, cuando recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?

Nuestra meta debe ser conocer a Dios, y luego oler a Él.
(Filipenses 3:8) Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,


ORACIÓN>>
Señor, atráeme, y en pos de Ti correré.
No quiero conocerte sólo de oídas o a través de otros, sino que mis ojos quieren verte. Quiero conocerte íntima y personalmente. Méteme en tus cámaras, y allí me gozaré y me alegraré en Ti.
La fragancia de tu conocimiento me ha atraído. Quiero conocerte más y más, y quiero oler como Tú. Con amor eterno me has amado, y me has atraído con Tu misericordia.

No te busco por tus beneficios, por lo que me puedes dar. Te busco por amor. Te amo porque Tú me has amado primero.

Quiero ser imitador de Ti como hijo amado, y andar en amor, así como también Jesús nos amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma. Sea mi vida un sacrificio vivo y santo, que te agradable a Ti y que atraiga a los demás hacia Ti.

[Cantares 1:4; Job 42:5; Jeremías 31:3; Efesios 5:1-2]

4 comentarios:

  1. Jer 31:3 Desde lejos el SEÑOR se le apareció, diciendo: Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia.

    ResponderEliminar
  2. Maravilloso llevar el Nombre de Dios. El quita nuestro oprobio

    ResponderEliminar
  3. Uno de los libros mas hermosos es cantares;Dios les bendiga

    ResponderEliminar
  4. El olor de Dios es vida y tenemos que oler a él

    ResponderEliminar

Son bienvenidos las dudas y comentarios (con el entendido que se hagan con respeto)...