Al estar
en paz de sus enemigos, David se acordó del Pacto que había hecho con su amigo
Jonatán:
(1
Samuel 20:14-17) Y si yo viviere, harás
conmigo misericordia de Jehová, para que no muera, y no apartarás tu misericordia
de mi casa para siempre. Cuando Jehová haya cortado uno por uno los
enemigos de David de la tierra, no dejes que el nombre de Jonatán sea quitado
de la casa de David. Así hizo Jonatán pacto con la casa de David,
diciendo: Requiéralo Jehová de la mano de los enemigos de David. Y Jonatán
hizo jurar a David otra vez, porque le amaba, pues le amaba como a sí mismo.
En ese
momento, David se preguntó si había algún descendiente de Saúl a quien él
pudiera bendecir, como parte de su promesa a Jonatán.
(2
Samuel 9:1) Dijo David: ¿Ha
quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de
Jonatán?
La forma
más fácil de averiguar era a través de un siervo de confianza de la familia de
Saúl, y así lo hizo…
(2
Samuel 9:2-3) Y había un siervo de
la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a
David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo. El rey
le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia
de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de
los pies.
Luego de
estar muchos años separado de Jonatán, era natural que David no supiera mucho
de la familia de au amigo. Probablemente no había conocido a este hijo, ni sabía
lo que le había pasado. Pero en el capítulo 4 (2 Samuel) se nos cuenta lo que
le pasó al hijo de Jonatán:
(2
Samuel 4:4) Y Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo
lisiado de los pies. Tenía cinco años de edad cuando llegó de Jezreel la
noticia de la muerte de Saúl y de Jonatán, y su nodriza le tomó y huyó; y
mientras iba huyendo apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su
nombre era Mefi-boset.
En el
trágico día en que Jonatán murió, su hijo quedó no sólo huérfano sino también
lisiado. Mefi-boset quedó a cargo de la nodriza, quien hizo lo que pudo para
mantenerlo. Al enterarse sobre el hijo de Jonatán, averiguó sobre su paradero.
(2
Samuel 9:4) Entonces el rey le preguntó:
¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de
Amiel, en Lodebar.
Cumpliendo
la promesa hecha a Jonatán, David mandó a llamar a Mefi-boset.
(2
Samuel 9:5-6) Entonces envió
el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. Y
vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su
rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu
siervo.
Dado el
antagonismo entre la Casa de Saúl y David durante años, era de esperarse que
Mefi-boset se hubiera presentado con miedo ante el rey. Pero David lo calmó
diciéndole que quería bendecirlo.
(2
Samuel 9:7) Y le dijo David: No tengas
temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu
padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre
a mi mesa.
Después
de la muerte de su padre, Mefi-boset quedó desposeído. Pero David decidió entregarle
todas las propiedades que le hubieran quedado como herencia de su abuelo y su
padre. No sólo eso, sino que prácticamente lo adoptó, invitándole a disfrutar
de la mesa del rey, como si fuera uno de sus hijos.
Ante tal
gesto de bondad, Mefi-boset se sintió abrumado.
(2
Samuel 9:8) Y él inclinándose, dijo:
¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?
Tomando
en consideración la discapacidad de Mefi-boset, David asignó a Siba, el antiguo
siervo de Saúl, con la encomienda de servir al hijo de Jonatán, para cuidar sus
propiedades.
(2
Samuel 9:9-12) Entonces el rey
llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su
casa, yo lo he dado al hijo de tu señor. Tú, pues, le labrarás las tierras, tú
con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que el hijo de tu
señor tenga pan para comer; pero Mefi-boset el hijo de tu señor comerá siempre
a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos. Y respondió Siba al
rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará
tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del
rey. Y tenía Mefi-boset un hijo pequeño, que se llamaba Micaía. Y toda la
familia de la casa de Siba eran siervos de Mefi-boset.
De esta
manera, David cumplió su promesa a Jonatán de mostrar misericordia a sus hijos.
(2
Samuel 9:13) Y moraba Mefi-boset en
Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos
pies.
Qué bella historia, se la contaré a mis chicos de la escuela bíblica mañana.
ResponderEliminartremenfa la bondad de David tipifica a CRISTO que hermosa palabra
EliminarQue presiona palabra a tocado mi corazón y el Espíritu Santo a ministrado,, a través de ella muchas Bendiciones,,,,
ResponderEliminarMe gusta mucho éste pasaje biblico...Lo asemejo cuando Dios me llamó y me hizo sentarme a su mesa..y comer de su palabra...y aceptar le en mi ❤ desde ése día puedo sentarme a la mesa del Rey de Reyes..y comer de su palabra...Gracias mi Dios..quizás yo estaba peor que Mefiboset...espiritualmente.
ResponderEliminargracias hnos..bella y maravillosa.palabra..donde nos muestra cuan grande bondad y amor del Rey..hacia.su projimo..asi como tambien nos hace refleccionar del maravilloso amor y bondad de Dios hacia nosotros..graciad y bendiciones de.parte del Altisimo..y eterno Hashem..Shaloom...
ResponderEliminarNo solo su misericordia, nos atiende y cuida de nuestros bienes.
ResponderEliminarDios gracias por ese día que llegaste a mí vida
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