En el episodio anterior leímos sobre las asignaciones que Dios les dio a las tres familias de Levi: Gerson, Coat y Merari. Pero aún faltaba la cuarta división, formada por la familia de Aarón y sus descendientes, que venían de una rama del linaje de Coat. Hoy estudiaremos el rol especial que le fue asignado a esta familia…
FAMILIA DE AARON COMO SACERDOTES
En la tribu de Levi, la mención honorífica se la llevó Aarón y su familia. Ellos fueron escogidos para ejercer exclusivamente el rol de SACERDOTES.
(Números 3:1-3) Estos son los descendientes de Aarón y de Moisés, en el día en que Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí. Y estos son los nombres de los hijos de Aarón: Nadab el primogénito, Abiú, Eleazar e Itamar. Estos son los nombres de los hijos de Aarón, sacerdotes ungidos, a los cuales consagró para ejercer el sacerdocio.
Aarón era el hermano mayor de Moisés. Podría parecer que esta elección vino como resultado de favoritismo…pero no fue así. La Biblia señala claramente que fue Dios mismo quien lo eligió. Más adelante (Números cap. 16), veremos que un grupo pondrá en duda esta elección, pero Dios mismo los corregirá fuertemente.
RESPONSABILIDADES DE LOS SACERDOTES
En el episodio anterior vimos cuáles fueron las asignaciones que tendría cada familia levita dentro del Tabernáculo. Veamos ahora qué responsabilidad le tocó a la familia de Aarón.
Como sacerdotes, les tocaba cubrir ciertas funciones especiales dentro del Tabernáculo que sólo ellos podían realizar:
- Sólo los sacerdotes podían oficiar en los sacrificios efectuados en el Altar del Holocausto;
- Sólo los sacerdotes podían entrar en el Lugar Santo, y realizar las tareas especiales relacionadas con el Candelabro, la Mesa de los Panes, y el Altar del Incienso;
- Sólo un sacerdote de la familia de Aarón podría ser candidato para Sumo Sacerdote.
- Sólo el Sumo Sacerdote podía entrar en el Lugar Santísimo una vez al año, en el Día de Expiación (heb. Yom Kipur).
(Nota: Esta lista de asignaciones de los sacerdotes es general, no exhaustiva; estudiaremos más detalles en el estudio de Levítico)
APOYO DE LOS DEMÁS LEVITAS
Aunque los sacerdotes tenían la exclusividad de oficiar en los sacrificios, eso no quiere decir que ellos lo hacían todo. Dios mandó que los demás grupos de levitas sirvieran como asistentes en sus labores:
(Números 3:5-9) Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Haz que se acerque la tribu de Leví, y hazla estar delante del sacerdote Aarón, para que le sirvan, y desempeñen el encargo de él, y el encargo de toda la congregación delante del tabernáculo de reunión para servir en el ministerio del tabernáculo; y guarden todos los utensilios del tabernáculo de reunión, y todo lo encargado a ellos por los hijos de Israel, y ministren en el servicio del tabernáculo. Y darás los levitas a Aarón y a sus hijos; le son enteramente dados de entre los hijos de Israel.
El trabajo de mantener el Tabernáculo era muy pesado, especialmente en relación a los sacrificios; por ello, Dios determinó que los demás levitas servirán como asistentes a los sacerdotes. Sólo los sacerdotes podían oficiar un sacrificio, pero los demás levitas les ayudarían en la preparación y en la limpieza.
LUGAR ESPECIAL EN EL CAMPAMENTO
También a la División de Aarón le tocó una posición privilegiada dentro del campamento, ya que les tocó asentarse en el Este, justamente en la entrada del Tabernáculo. También los acompañará Moisés.
(Números 3:38) Los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del tabernáculo de reunión al este, serán Moisés y Aarón y sus hijos, teniendo la guarda del santuario en lugar de los hijos de Israel; y el extraño que se acercare, morirá.
La advertencia es seria porque todo lo relacionado con el Tabernáculo es algo que debe tomarse muy en serio. Todos los israelitas pueden acercarse al Tabernáculo para ofrecer sacrificios, pero los únicos que pueden entrar adentro son los levitas.
LOS DERECHOS VIENEN CON RESPONSABILIDADES
Ciertamente los sacerdotes tenían grandes privilegios, pero todo derecho viene con su responsabilidad, y también con riesgos, como se explica en este capítulo…
Para el momento en que Dios dio las instrucciones de organizar el campamento, Aarón ya había sido reconocido como Sumo Sacerdote, y sus hijos como sacerdotes. Aarón tuvo cuatro hijos: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar (Num. 3:1-3); pero, para ese momento, los primeros dos hijos ya habían muerto, y aquí lo explica:
(Números 3:4) Pero Nadab y Abiú murieron delante de Jehová cuando ofrecieron fuego extraño delante de Jehová en el desierto de Sinaí; y no tuvieron hijos; y Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio delante de Aarón su padre.
No entraremos en los detalles del error que llevó a Nadab y Abiú a su muerte (ese asunto lo trataremos en el estudio de Levítico, pero pueden leerlo en Levítico 10:1-2); baste ahora mencionar que la muerte de estos dos hijos de Aarón nos habla de la santidad del Tabernáculo, sobre todo el Lugar Santo y el Lugar Santísimo, donde sólo podían entrar los sacerdotes. Esta fue la instrucción que dio Dios:
(Números 3:10) Y constituirás a Aarón y a sus hijos para que ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.
Dios claramente extendió la advertencia a todo Israel que nadie debía entrar al Lugar Santo, excepto los sacerdotes (levitas de la familia de Aarón). Y aún ellos debían hacerlo siguiendo las instrucciones de Dios, y manteniendo santidad en sus vidas. Los hijos mayores de Aarón perdieron su vida porque no hicieron las cosas como Dios mandó—y todos debían saberlo.
La familia de Aarón tenía privilegios especiales, pero también responsabilidades serias.
Los sacerdotes debían llevar una vida de santidad aún mayor que los demás israelitas, porque ellos mantenían un contacto más cercano con el lugar donde se manifestaba la Presencia de Dios (en el Lugar Santísimo). El libro de Levítico habla del alto estándar de santidad que se requiere para acercarse a Dios.
A veces se nos olvida que Dios es santo, y ninguna sombra de pecado y muerte puede sobrevivir ante Su Presencia. La razón por la que podemos acercarnos a Él es porque hemos sido perdonados por el sacrificio del Cordero de Dios. Pero luego de ser limpiados, deberíamos mantener la santidad para continuar en Su Presencia. Por eso, Pablo dice:
(Romanos 6:22) Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna.
(2 Corintios 7:1) Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Si queremos permanecer cerca de Dios, como sacerdotes, la Biblia nos hace un llamado a la santidad.
(1 Pedro 1:15-16) …como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
También Hebreos dice que “sin santidad, nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).
En el próximo episodio terminaremos de estudiar el capítulo tres, viendo la relación que Dios estableció entre los levitas y los primogénitos de todo Israel…
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Más estudios de este libro: NUMEROS
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