MALAQUIAS 2:1-9. Pacto con los levitas

El capítulo 2 de Malaquías lo vamos a dividir en dos secciones: 

• Malaquías 2:1-9. los Levitas rompen su pacto con Dios;
• Malaquías 2:10-17. los Judíos rompen el pacto matrimonial.

En este episodio hablaremos de la primera parte, que es sobre el pacto que rompieron los levitas. Pero, para entender el mensaje de Malaquías, debemos comenzar por explicar el rol de los levitas y el Pacto que Dios hizo con ellos…

LEVITAS 

Los LEVITAS son los descendientes de la TRIBU DE LEVI. De todas las tribus, a ellos les fue dado el privilegio de servir a Dios en el Tabernáculo (y luego en el Templo). 

(Números 16:9) …el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el servicio del tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para ministrarles.

Los levitas no sólo servían en el Tabernáculo, sino que tenían otras responsabilidades en medio de Israel. Esta es la lista de las tareas principales de los levitas: 

1. Estaban encargados del servicio en el Tabernáculo;
2. Enseñaban la Torá a todas las tribus de Israel;
3. Servían como jueces entre el pueblo 

Los levitas eran los líderes espirituales del pueblo. Ellos debían dirigirlos por el Buen Camino, no sólo enseñando la Palabra de Dios sino fungiendo como jueces que ponían orden en la sociedad. Esto era posible ya que los levitas vivían dispersados entre todas las tribus. Ellos no tenían territorio propio, sino que vivían en “CIUDADES LEVITAS”, regadas por todo el territorio de Israel. 

SACERDOTES ENTRE LOS LEVITAS

Entre la tribu de Levi, Dios escogió a una familia en especial para ejercer como SACERDOTES. Los elegidos fueron: AARON y SUS HIJOS (Num. 3:3). Esta elección no fue por favoritismo o “nepotismo” (por ser hermano de Moisés); más bien, fue una decisión directa de Dios.

(Números 3:10) Y constituirás a Aarón y a sus hijos para que ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.

Sólo los SACERDOTES podían hacer los sacrificios, y sólo ellos podían entrar en el Lugar Santo. Y en el Lugar Santísimo, sólo podía entrar el Sumo Sacerdote, una vez al año (en Yom Kipur). 

El rol del resto de los levitas era apoyar a los sacerdotes en todo lo que se debía hacer en el Tabernáculo, que era mucho (Números 3:5-8).

Esta asignación de los sacerdotes se hizo en el tiempo cronológico de Levítico y Números, pero quiero que retrocedamos al libro de Exodo, para ver por qué razón Dios los escogió de entre todas las tribus… 

TODOS COMO SACERDOTES

En el plan original, cada hombre debía ser sacerdote de su propia casa. Esa era la intención de Dios para todo el pueblo de Israel: 

(Exodo 19:6) Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa…

Israel debía ser un reino de hombres que eran sacerdotes de su propias casas. Cada hombre era encargado de enseñar la Palabra de Dios a su familia, y guiarlos en el orden de Dios. Esto hubiera sido lo ideal, pero todo cambió luego del Pecado del Becerro de Oro…

SACERDOTES LUEGO DEL BECERRO DE ORO

Cuando Moisés bajó del Monte con las Tablas de la Ley, él las rompió al ver el Becerro de Oro y a todos adorándolo. En ese momento, Moises dijo al pueblo que decidieran: si estaban con Dios o en su contra. 

La Biblia revela quienes se pusieron de inmediato del lado de Dios:

(Éxodo 32:26) se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví. 

Pero, ponerse del lado de Dios implicaba algo más serio, ya que debían actuar: 

(Éxodo 32:27-28) Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres. 

Tal vez esto suene demasiado fuerte, pero tratemos de analizar lo que pasó: En ese momento, todo Israel merecía morir por tal pecado. Aun así, Dios no los fulminó, sino que les dio la oportunidad para arrepentirse. Los primeros que se definieron fueron los levitas, dando un paso para ponerse del lado de Dios. Luego les pidió a los fieles que eliminaran a todos los que no querían arrepentirse. Todos tuvieron la oportunidad de arrepentirse, pero no todos lo hicieron. Lo que debemos entender es que si dejaban pasar por alto ese pecado, todos morirían. 

No nos perdamos en el drama del momento, sino que tomemos el principio de esta historia, ya que nos deja una gran lección aplicable para todos los tiempos: Cada uno de nosotros vamos a enfrentar momentos en que vamos a tener que decidir entre quedar bien con Dios o quedar bien con los hombres (con la sociedad, con los amigos, o con la familia). Jesús mismo lo dijo: 

(Mateo 10:37) El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí. 

Hoy, Dios no nos pide que matemos a nadie, porque no es el caso; sin embargo, tal vez sí nos está pidiendo que nos alejemos de parientes y amigos (no de todos, sino de aquellos que se han definido en contra de Dios). Estas son las decisiones que probablemente tendremos que tomar en cierto momento, cuando tengamos que escoger entre quedar bien con Dios o con los hombres. 

Y esto fue lo que hizo la tribu completa de Levi. Ellos se pusieron del lado de Dios completamente, y veamos cuál fue el resultado:

(Éxodo 32:29) Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros.

El celo por Dios les ganó a los levitas su rol como líderes espirituales en Israel.

CELO POR DIOS y PACTO DE PAZ

Ahora quiero que vayamos a otra historia que habla de nuevo del velo divino de los levitas.  Esta historia está en Números capítulos 22 al 25, y habla de Balac, rey de Moab, que contrató al profeta Balaam para maldecir a Israel. El profeta no los pudo maldecir, porque no había causa; pero, para obtener la recompensa, lo que hizo fue aconsejar al rey de Moab que llevara a pecar a los israelitas, y de esa manera vendría maldición sobre ellos. Atendiendo el malvado consejo, Balac envió a mujeres de Moab a seducir a los israelitas. Muchos cayeron, y como consecuencia, vino una plaga terrible a Israel. 

La única forma de detener la maldición eran dos opciones:

1. Arrepentimiento genuino: que implica ya no pecar más.
2. Ajusticiamiento: es decir, eliminar a los que estaban cometiendo tal pecado entre el pueblo (Num 25:5)

Sin arrepentimiento o sin ajusticiamiento, la plaga seguiría. Esto hubiera acabado con todo el Pueblo de Israel, de no ser por un levita que se levantó para hacer justicia. 

(Números 25:6-8) Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del tabernáculo de reunión.

Descaradamente ese israelita entró al campamento, llevando a una madianita a su tienda. Con completa desfachatez, fue a pecar delante de todos. Esto indignó a un sacerdote llamado FINEES, quien se llenó de celo divino y dispuso poner fin a ese mal:

(Números 25:7-8) Y lo vio Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y se levantó de en medio de la congregación, y tomó una lanza en su mano; y fue tras el varón de Israel a la tienda, y los alanceó a ambos, al varón de Israel, y a la mujer por su vientre. Y cesó la mortandad de los hijos de Israel.

Ese acto de justicia detuvo la plaga y mortandad, y también le ganó una recompensa divina: 

(Números 25:10-13) Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel. Por tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de paz con él; y tendrá él, y su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.

El Pacto de Paz es la promesa de un sacerdocio eterno, con Finees y sus descendientes. La razón fue porque él cumplió el verdadero rol de un sacerdote, que incluye defender la santidad de la familia, hacer justicia y enseñar la verdad.

Habiendo explicado esto, vayamos ahora a Malaquías, donde se hace referencia a este pacto del sacerdocio…

ESTADO DE LOS SACERDOTES EN MALAQUIAS

Recordemos que, en el capítulo uno, Dios confrontó a los sacerdotes porque estaban aceptando ofrendas defectuosas, lo cual era una falta de respeto hacia Dios, además de ir en contra de la Ley.   

En el capítulo dos, Dios continúa amonestando a los sacerdotes, y les advierte del castigo que les vendrá si no se arrepienten: 

(Malaquías 2:1-2) Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento. Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón.

El castigo no sólo tiene que ver con maldición en general, sino habla de algo que Dios hará contra ellos como reflejo de su falta de respeto hacia el Señor… 

(Malaquías 2:3) He aquí, yo os dañaré la sementera, y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados juntamente con él. 

Esto suena muy fuerte, pero debemos entenderlo en el contexto. Parte del trabajo de los levitas era limpiar el excremento de los animales sacrificados. Cuando le cortaban el cuello a un animal para el sacrificio, del cuello salía sangre, pero por detrás salía excremento. Y los levitas eran los encargados de limpiar todo ese desastre. 

Los sacerdotes sabían lo desagradable que era eso, y el Señor les dice que igualmente desagradable era su actitud hacia Él. Así como sacan con pala el estiércol, también los sacerdotes infieles serían arrojados fuera del Templo, en un proceso de limpieza. 

LA RAZÓN: SALVAR EL PACTO CON LEVI

En los siguientes versículos, Dios recuerda a los levitas lo maravilloso del Pacto sacerdotal, lo cual amerita ser restaurado: 

(Malaquías 2:4-6) Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado. La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad.

Dios trae a memoria cuál era el mérito de los primeros levitas, y así debían continuar. Por eso era necesario sacar a las manzanas podridas antes que corrompieran toda la canasta. 

DIERON UN MAL EJEMPLO

La razón por la que el Señor es tan severo con los sacerdotes no es sólo porque “ellos se desviaron”, sino porque ellos eran los líderes espirituales, y tras su ejemplo iba el resto de las tribus. Lo que ellos hacen o dicen, muchos los seguirán y los imitarán.(Malaquías 2:7-9) Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos. Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos. Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas.

CAUSA DE TROPIEZO

Jesús también habló muy fuerte sobre aquellos que dan un mal ejemplo y hacen pecar a los demás, especialmente a los jóvenes en el Señor.

(Mateo 18:6-7) Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos!, porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!

Dios corrige a los líderes espirituales, porque de lo contrario, el pueblo completo corre el riesgo de perderse. 

De esto hablaremos en la próxima ocasión, cuando estudiemos Malaquías 2:10-17. Veremos que así como los levitas fallaron a su Pacto, también el resto del pueblo comenzaron a faltar a sus pactos personales… 

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