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martes, 6 de octubre de 2015

DEVARIM 23:1-8. No entrarán en la congregación

(Deuteronomio)

NO ENTRARÁN EN LA CONGREGACIÓN
El capítulo 23 comienza con una sección de las personas que “no entrarán en la congregación de Israel”.   Lo que implica no es que su presencia esté prohibida en la nación, sino que no pueden ser considerados como “ciudadanos”, lo cual les da el derecho, entre otras cosas, de ser rey o funcionario en Israel, y de entrar al Templo.  La interpretación judía es que está prohibido casarse con estas personas, para que no se conviertan en ciudadanos por matrimonio.



Veamos ahora la lista de personas que no podían convertirse en ciudadanos:

a.  Hombre estéril o castrado
En la antigüedad, los reyes solían castrar a los funcionarios que trabajaban en el palacio real, para evitar que se involucraran con las esposas de su harem.  También se castraban a los sacerdotes de ciertos dioses paganos.
(Deu. 23:1) No entrará en la congregación de Jehová el que tenga magullados los testículos, o amputado su miembro viril. 

b.  “Mamzer
Esta palabra es traducida al español como “bastardo”, pero los judíos lo interpretan como: “mestizo”, nacido de padre judío y madre pagana.
(Deu. 23:2)  No entrará bastardo en la congregación de Jehová; ni hasta la décima generación no entrarán en la congregación de Jehová. 

Anteriormente vimos que las consecuencias de la unión con pueblos paganos era muy seria (Deu. 7:1-6; Exo. 34:12-16).

c.  Amonitas y Moabitas
La Biblia menciona en forma específica a los amonitas y a los moabitas, ya que podría haber confusión con respecto a ellos dado que eran “parientes” de los israelitas, por ser descendientes de Lot. 
(Deu. 23:3)  No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre.

La prohibición contra estos pueblos en especial se debe a lo que ellos hicieron en contra de Israel…
(Deu. 23:4-6)  por cuanto no os salieron a recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte.  Mas no quiso Jehová tu Dios oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba.  No procurarás la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre. 

En la Biblia vemos una excepción sobresaliente: el caso de Rut.  La razón por la que ella fue aceptada es porque aceptó completamente al Dios de Israel, dejando todas sus costumbres atrás.
(Rut 1:16)  No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré.  Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.

La exclusión no es por razones raciales o sociales, sino espirituales.  Es para evitar que entre en la congregación de Israel alguien que va a contaminar o desviar al pueblo.  El profeta Isaías aclara que si un extranjero o eunuco se convierten al Señor y viven conforme a lo que Él manda, ellos serán aceptados en la Casa de Dios (Isaías 56:1-7). Esto probablemente se cumplirá hasta la era mesiánica.  

d.  Edomitas y egipcios
En este contexto, la Torá hace mención de otros pueblos vecinos: Edom y Egipto.
(Deu. 23:7)  No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque forastero fuiste en su tierra. 

A los descendientes de estos no se les da ciudadanía inmediata, pero sí a la tercera generación…
(Deu. 23:8) Los hijos que nacieren de ellos, en la tercera generación entrarán en la congregación de Jehová. 


*  Más lecciones de Deuteronomio: DEVARIM (Deut.)

*  Clase de Biblia en audio: DEVARIM AUDIO



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