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miércoles, 20 de agosto de 2014

HECHOS 22: Testimonio de Pablo


Al final del capítulo 21 de Hechos, vimos que Pablo estaba siendo linchado por acusaciones falsas.  La multitud no se detuvo a preguntar si era cierto lo que decían los enemigos de Pablo, sino sólo se dejaron ir en su contra.  Los soldados romanos llegaron a tiempo para salvarle la vida.   Allí Pablo pudo comenzar a explicar quién era y qué estaba pasando…
(Hechos 21:37-38) Cuando comenzaron a meter a Pablo en la fortaleza,  dijo al tribuno: ¿Se me permite decirte algo?  Y él dijo: ¿Sabes griego?  (38)  ¿No eres tú aquel egipcio que levantó una sedición antes de estos días,  y sacó al desierto los cuatro mil sicarios? 

Dado el escándalo que se formó alrededor de Pablo, los romanos creyeron que se trataba de un egipcio que había causado conflicto anteriormente.  Según la historia, en ese tiempo un egipcio llegó a Jerusalén diciendo que era profeta. El dijo que si le acompañaban al Monte de los Olivos, verían como los muros de Jerusalén caían ante sus palabras.  Muchas personas lo acompañaron.  Pero cuando la guardia romana se enteró del gran movimiento de gente, fueron a dispersar a la multitud, porque querían evitar problemas.  La multitud se resistió; ante esto, los romanos comenzaron a matar a unos, mientras que se dejaron llevar presos.  Sin embargo, el egipcio logró escapar, y ya no se supo más de él (ref. Josefo, Antigüedades). 

Pablo explicó que él no era ese egipcio revoltoso.  Aclaró que él era judío, y hablaba griego porque había vivido en Tarso.
(Hechos 21:39)  Entonces dijo Pablo: Yo de cierto soy hombre judío de Tarso, ciudadano de una ciudad no insignificante de Cilicia; pero te ruego que me permitas hablar al pueblo. 

Pablo estaba a salvo con los romanos, pero él quería que se le diera la oportunidad de aclarar las cosas con el pueblo de Jerusalén. 
(Hechos 21:40) Y cuando él se lo permitió, Pablo, estando en pie en las gradas,  hizo señal con la mano al pueblo.  Y hecho gran silencio, habló en lengua hebrea,  diciendo:


DISCURSO DE PABLO
En el capítulo 22 leemos el discurso que Pablo dio en su defensa:
(Hechos 22:1-3) Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros.  (2) Y al oír que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio. Y él les dijo:  (3) Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros. 

De entrada, Pablo no sólo se identificó sino que aclaró que él conocía la ley de Dios, pues la estudió con Gamaliel, a quien todos respetaban y admiraban.  Y aclaró que no sólo conocía la ley, sino que la cumplía.  Luego explicó que él era un judío tan celoso que él mismo persiguió a los judíos que creían en Jesús.
(Hechos 22:4-5)  Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres; (5) como el sumo sacerdote también me es testigo,  y todos los ancianos,  de quienes también recibí cartas para los hermanos,  y fui a Damasco para traer presos a Jerusalén también a los que estuviesen allí,  para que fuesen castigados. 

Luego les explicó por qué él cambió de opinión con respecto a Jesús y a sus seguidores.  Esta fue una excelente oportunidad para dar su testimonio en público, en Jerusalén. 
(Hechos 22:6-11) Pero aconteció que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo; (7) y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? (8) Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues. (9) Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo. (10) Y dije:  ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas. (11) Y como yo no veía a causa de la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, llegué a Damasco.

Luego, Pablo les narró lo que sucedió después del encuentro, estando en Damasco.
(Hechos 22:12-16) Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban, (13) vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré.  (14) Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca.  (15) Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído.  (16) Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre. 

Pablo les dio su testimonio de cómo llegó a convencerse de que Jesús era el Mesías.  No fue por algo que oyó, sino por lo que vivió.  Desde ese momento, su vida cambió, y el Señor lo llamó para dar testimonio de Él.  Pero no todos lo han recibido bien…
(Hechos 22:17-20)  Y me aconteció, vuelto a Jerusalén, que orando en el templo me sobrevino un éxtasis.  (18) Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu testimonio acerca de mí.  (19) Yo dije: Señor,  ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que creían en ti;  (20) y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban.

Hasta este punto, la multitud estaba absorta, escuchando el testimonio de Pablo.  Pero cuando mencionó su llamado a los gentiles, la multitud reaccionó…
(Hechos 22:21-22)  Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos a los gentiles. (22) Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva. 

El tema de la inclusión de los gentiles en el pueblo de Dios ha sido un tema difícil de procesar para los judíos.  Les cuesta verlo y aceptarlo.  Sin embargo, no debería ser tan difícil de aceptar, ya que no era algo nuevo que Dios dispuso en el Nuevo Testamento.  Es parte del plan de Dios desde el principio…
Cuando el Señor llamó a los patriarcas para formar la nación de Israel, Él contempló la eventual invitación a todas las naciones de la Tierra.
(Génesis 12:1-3)  Y el SEÑOR dijo a Abram: Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré.  (2)  Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.  (3)  Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.

El Señor confirmó esta promesa a Isaac, Jacob y a todos los hijos de Israel (Gen. 22:18; Gen. 26:4; Gen. 28:14). Dios primero iba a formar un pueblo, Israel, a través del cual vendría la simiente (Cristo) para traer salvación espiritual.  Luego abriría esta bendición a todas las naciones del mundo.  Este es el proceso que vemos suceder en Hechos. 

Pablo lo explica claramente en su carta a los Gálatas:
(Gal. 3:7-9)  Por consiguiente, sabed que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.  (8) Y la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, anunció de antemano las buenas nuevas a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. (9) Así que, los que son de fe son bendecidos con Abraham, el creyente.

Los judíos que creyeron en Jesús lo llegaron a entender, aunque les costó al principio.  Pero los que rechazaron a Jesús también rechazaron la inclusión de los gentiles en el pueblo de Dios, porque la entrada era por fe y no por obras.

Volviendo a Hechos, cuando Pablo tocó el tema de los gentiles, los judíos reaccionaron…
(Hechos 22:23-24) Y como ellos gritaban y arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire, (24) mandó el tribuno que le metiesen en la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él. 

A los romanos no les gustaban los alborotos, y castigaban a cualquiera que los provocara.  Por eso se dispusieron a azotar a Pablo.  Pero en esta ocasión, Pablo se identificó como ciudadano romano, lo cual cambiaba la forma del castigo.
(Hechos 22:25-29) Pero cuando le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado?  (26) Cuando el centurión oyó esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano.  (27)  Vino el tribuno y le dijo: Dime, ¿eres tú ciudadano romano?  El dijo: Sí.  (28)  Respondió el tribuno: Yo con una gran suma adquirí esta ciudadanía.  Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento.  (29)  Así que, luego se apartaron de él los que le iban a dar tormento; y aun el tribuno, al saber que era ciudadano romano, también tuvo temor por haberle atado. 

El tribuno romano no sabía qué hacer con Pablo.  Por un lado, él sabía que los  ciudadanos romanos tenían derechos especiales en todas las provincias que ocupaba el Imperio Romano.  Teniendo Pablo ciudadanía romana, le debía dar un trato preferencial.  Por otro lado tenía a una gran multitud de judíos que estaban esperando ver que castigaran a Pablo, a quien consideraban un traidor. Este caso era un asunto que mezclaba política con religión; pero el tribuno sabía poco o nada de los asuntos judíos.  Para resolver el problema, el tribuno decidió llamar a los líderes religiosos entre los judíos.  
(Hechos 22:30) Al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a Pablo, le presentó ante ellos.

En el capítulo siguiente veremos lo que pasó en esta audiencia…






11 comentarios:

  1. Espero con mucho deseo el resto de los capitulos nos esta ayudando mucho a mi familia gracias por hacerlo desinteresadamente

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  2. Muy bueno, -gracias y bendicionesss

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  3. Como siempre muy buen estudio.
    Gracias por tu dedicación y esfuerzo.

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  4. Gracias me esta ayudando bastante en mi devocional, Dios los bendiga grandemente.

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  5. Excelente explicación puede seguir con el libro de romanos por favor

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  6. Excelente me gusto la explicación

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  7. Gloria a Dios, muy buena explicacion

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  8. Muchas gracias , Dios te continúe bendiciendo

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  9. Gracias por la explicación
    Es de mucha ayuda para comprender algunos versículos
    Dios lo bendiga!!

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  10. Gracias por el estudio. Yo tambien la animo a considerar el desarrollo de Romanos. Dios la bendiga.

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  11. Muchas gracias hermano es una ayuda en el estudio bíblico donde yo estoy no hay ayuda Dios le bendiga mucho

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